Cámara rechaza reajuste a empleados públicos y pone en jaque al Gobierno

Aunque el Ejecutivo había llegado a un acuerdo con once de los catorce gremios con los que negocia sobre un aumento salarial del cinco por ciento más bonos y asignaciones, los diputados rechazaron la idea de legislar la iniciativa por considerarla “mezquina”. Las apuestas están ahora en la reposición del proyecto en el Senado.

Aunque el Ejecutivo había llegado a un acuerdo con once de los catorce gremios con los que negocia sobre un aumento salarial del cinco por ciento más bonos y asignaciones, los diputados rechazaron la idea de legislar la iniciativa por considerarla “mezquina”. Las apuestas están ahora en la reposición del proyecto en el Senado.

Al igual que lo ocurrido en la comisión de Hacienda, la Cámara de Diputados rechazó la idea de legislar el proyecto de ley presentado por el Ejecutivo que otorgaba un cinco por ciento de aumento en las remuneraciones a los trabajadores del sector público.

Por  53 votos a favor y 56 en contra los diputados desaprobaron la iniciativa por considerarla “mezquina”. Con esto, los diputados buscan además poner énfasis en lo que califican como la falta de voluntad para dialogar del Gobierno.

El voto de rechazo de los diputados se produce en una negociación por reajuste en que los sindicatos reunidos en la Mesa del Sector Público solicitaron un 9,8 por ciento de reajuste y lograron subir la propuesta inicial del Ejecutivo a un cinco por ciento más beneficios y asignaciones como aguinaldos, bono de escolaridad para los hijos y bono de invierno para los pensionados.

Este lunes, el Gobierno había llegado a un acuerdo con once de los catorce gremios que componen la Mesa del Sector Público (Asemuch, Confenats, Fentess, Confusam, Ajunji, Fenpussap, Confemuch, Fenafuch, Fenafuech, Antue y Fenats Unitaria. Se restaron del acuerdo la ANEF, el Colegio de Profesores y la Fenpruss) sobre el monto del reajuste más un bono de término de conflicto.

Manuel Bravo, dirigente de la CUT y coordinador de la mesa del sector público, señaló que además se comprometieron mesas de trabajo para discutir los temas pendientes, fundamentalmente el incentivo al retiro y las prácticas antisindicales.

Bravo negó un quiebre entre los integrantes de la mesa, ya que desde el fin de semana pasado se conocían las posiciones y se había acordado que respetarían la decisión de la mayoría: “No se ha lesionado la cohesión de la mesa, quiero aclararlo: la mesa está unida, incluida la ANEF, pero entendemos que ellos tienen otros temas que son transversales a los nuestros pero que no se deben interponer en el tema del reajuste”, dijo.

“No podemos decir que estamos contentos, pero también los gremios evaluaron de forma honesta y sincera con sus bases antes de tomar esta decisión”, agregó el dirigente de la CUT.

Sin embargo, quienes no han firmado, entre ellos la Federación Nacional de Profesionales Universitario de la Salud (Fenpruss), señalaron a través de su presidente, Claudio González, que la conclusión es clara: “Hay responsabilidades compartidas ya que no puede ser que un gremio de dos mil trabajadores pese lo mismo que la ANEF y el Colegio de Profesores, que juntos representan más del 60 por ciento del sector público”, por lo que no están de acuerdo con recibir sólo bonos.

“Muchas asociaciones buscaban, más que el reajuste, tener un buen bono, y eso a lo mejor en su momento dio el Gobierno. Entendemos que eso es una cuestión que le preocupa a mucha gente y seguramente para los sueldos bajos, un cinco por ciento es algo muy leve de reajuste, pero un bono de la cantidad indicada sí es significativo para la gente en diciembre. Entiendo que por ahí puede haber pasado que los dirigentes firmaran”, explicó González.

En tanto, para el presidente del Magisterio, Jaime Gajardo, el problema es que el Gobierno utiliza la necesidad de los trabajadores que ganan “sueldos miserables” de $180 mil. “Si les ofrecen un bono de $230 mil es evidente que van a aceptar”, indicó.

Mientras, para el presidente de la ANEF, Raúl de la Puente, sigue siendo un reajuste “mezquino, ya que si se considera que la inflación llega a un 3,7 por ciento, no sería más que un 1,3 por ciento real de incremento, incluso más bajo que el 2,1 por ciento promedio de los reajustes de los últimos 20 años de negociaciones, como han corroborado especialistas anteriormente, y que perjudica el poder adquisitivo de los trabajadores”.

Con el rechazo de la Cámara a la idea de legislar el reajuste, se pone una alta cuota de presión al Gobierno, pues aún queda abierta la posibilidad de que presente el proyecto en el Senado, donde necesita dos tercios para aprobarse.

Paro de brazos caídos

En tanto, en un 90 por ciento de adhesión evaluó la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF) el paro nacional de “brazos caídos”, caracterizado en su primera jornada por asambleas al interior de los servicios públicos, manifestaciones en los frontis y no atención al público.

La vicepresidenta de la ANEF, Nury Benítez, dijo haber recorrido “la Tesorería, el Sernac, la Dirección del Trabajo, Capredena, Seremi de Salud y Serviu, que son reparticiones de atención de público masivas y hay un paro de 100%. No hay atención de público y nuestros usuarios tampoco han concurrido, han atendido el llamado de la ANEF. Creemos que eso es un importante respaldo para nuestra organización y nuestras demandas”.





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