Los 194 países que han participado en la Conferencia internacional sobre el cambio climático sellaron en la madrugada de este domingo un acuerdo de reducción de sus emisiones de gas con efecto invernadero a partir de 2020. Sin embargo, postergaron a 2015 la definición de las reglas que tendrán que aplicar y los medios para verificar que cada cual respeta los compromisos.
Los delegados a la conferencia de Durban han optado por una declaración de intenciones, dejando para dentro de tres años el trabajo más duro, es decir, precisar los medios para alcanzar el que sigue siendo el objetivo común: limitar a dos grados el alza de la temperatura media en el planeta. Es un objetivo teórico porque la mayoría de los científicos explican que tan solo realizamos 60% de los esfuerzos necesarios para que lograr dicha meta.
Aunque quede pendiente lo más complicado, el compromiso de Durban logra algo esencial. China, Estados Unidos, India, Rusia y Japón, que representan por si solos la mitad de las emisiones de gas con efecto invernadero, se implican en un proceso que hasta ahora habían tratado de evitar.
Además, en Durban se ha evitado que la comunidad internacional se quedara sin ningún marco legal. Para evitar el vacío jurídico hasta 2020, los delegados aceptaron mantener en vigor el Protocolo de Kioto, que estaba previsto caducara a fines de 2012. Era una cuestión de supervivencia ya que dicho protocolo es el único tratado internacional sobre el clima, aunque no ha sido ratificado por los principales países emergentes ni por Estados Unidos.