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¡Kim ha muerto, viva Kim!

Columna de opinión por Pablo Jofré
Viernes 23 de diciembre 2011 16:08 hrs.


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Corea del Norte enfrenta una nueva sucesión, la tercera en 60 años de reinado de la dinastía comenzada por Kim Il-Sung  continuada por el recientemente fallecido Kim Jong-Il y la irrupción del tercero de sus hijos, Kim Jong-un al mando de un de las naciones más herméticas del mundo.

Corea del Norte, considerada el último bastión estalinista del mundo, saltó a las primeras planas internacionales, tras la muerte el pasado 19 de diciembre, del “querido líder” denominación oficial que recibía su líder Kim Jong-Il, quien dirigía los destinos de esta nación desde la muerte de su padre, Kim Il-Sung el 8 de julio del año 1994. El hijo menor de Kim Jong-Il, Kim Jong-Un, fue nombrado heredero de los poderes políticos de su padre en octubre de 2010 a los 27 años de edad, ante la caída en desgracia del hijo mayor, Kim Jong-Nam. Hoy, representa la continuación de una dinastía que parece no vislumbrar final.

La muerte del Kim Jong-Il generó repercusiones incluso en Chile donde el Partido Comunista chileno lamentó la muerte del jerarca  “al pueblo de la República Popular Democrática de Corea, al Partido del Trabajo y en particular a Usted –Jong UN- y su familia nuestras condolencias por el fallecimiento del compañero Kim Jong Il”. Tal mensaje, posible de calificar hasta de patético, fue criticado incluso por la Dirigente Juvenil de ese Partido, Camila Vallejos quien se desmarcó de la decisión criticada afirmando que  “Me choca, y merece una autocrítica. No creo que haya sido oportuno, creo que no correspondía, pero también creo que ha habido un aprovechamiento mediático porque el partido siempre manda cartas de condolencia…Creo que fue un error y también lo están discutiendo como tal en el partido. Efectivamente parece políticamente inadecuado andar mandando mensajes de condolencias a quien se le responsabiliza por dar continuidad a un régimen congelado en el tiempo, que estar presente en pleno siglo XXI.

Mezcla de marxismo, estalinismo y filosofía Juche 

Corea del Norte , país de Asia Oriental, vive aún enfrascado en una etapa histórica donde el conflicto Este-Oeste, las consideraciones ideológicas y políticas de la que se llamó “Guerra fría” aún caracterizan, construyen y guían tanto su política interna como externa, ello bajo la denominada Filosofía Juche – que consiste, básicamente en un sistema de administración de recursos, definido como filosofía nacional de vida y que está basado en la autonomía, el nacionalismo y la autodefensa militar en todos los aspectos – Filosofía que se expresa en una nación de de 26 millones de habitantes, distribuida en 130 mil kilómetros cuadrados y separada de su hermana surcoreana por el histórico paralelo 38, que tiene su origen en la denomina Guerra de Corea entre los años 1950 y 1953.

El régimen de Pyongyang vive prácticamente aislado económica y políticamente, sólo avalado, amparada y protegida por el poderoso régimen chino que ha declarado a los cuatro vientos que Corea del Norte es “su socio y hermano” apoyando soterradamente su programa nuclear y que  ha convertido a ese país en un paria internacional y permanentemente condenado por los organismos internacionales. Pekín continuará apoyando a Pyongyang para “salvaguardar la paz y la estabilidad” en la región.

Kim Jong-Il T murió a los 69 años  por un infarto agudo al miocardio, según anunció la televisión estatal norcoreana. Su estado de salud se había deteriorado notoriamente, desde el año 2008, cuando sufrió una apoplejía, que le dejó con secuelas en sus brazos y pierna izquierdos. Los restos de Kim Jong-il, al cierre de esta edición seguían siendo expuestos en el Palacio Kumsusan, donde se recibirán las condolencias de los ciudadanos. Una ceremonia solemne de despedida se celebrará el día 28 y el 29 y se ha definido que todas las administraciones, instituciones y empresas del país deberán realizar servicios de recuerdo al líder. No serán admitidas delegaciones extranjeras de condolencias.

Informaciones entregadas por agencias internacionales y medios como la BBC de Londres han señalado que es muy posible que la hermana del fallecido Kim Jong-il, Kim Kyong-hui juegue un papel de capital importancia en el manejo político del régimen dinástico. Igualmente los analistas de la política norcoreana señalan que la designación de Jang Song-taek, cuñado de Jong-il, en la poderosa Comisión Nacional de Defensa es el deseo del establishment de darle a Jang el papel de guardián de esa transición.   Esto, porque la experiencia política del heredero no es calificada como suficiente para dirigir los destinos de un país permanentemente enfrascado en disputas territoriales, sanciones por el desarrollo de su programa nuclear y el lanzamiento de misiles con capacidad de dotarlos de una carga nuclear,  que significan un alerta a naciones como Japón.

El último de estos lanzamiento de un misil del tipo Taepodong 1  – con capacidad para alcanzar blancos a 2.500 kilómetros de distancia, fue efectuado el mismo día 19 de diciembre cuando se anunció la muerte del “querido líder” y el nombramiento de su hijo, que en el típico lenguaje de culto a la personalidad del régimen norcoreano ha comenzado a exaltar la figura de este como un hombre  “que está a la vanguardia de la revolución, un gran sucesor de la revolución e inquebrantable pilar espiritual e ideológico de nuestro pueblo” como lo destacó la agencia oficial de noticias de Corea del Norte KCNA. Denominación difícil de digerir, sobre todo porque Kim Jong-un tiene sólo 28 años y había permanecido más bien a la sombra de su padre. Jong-un asistió a un colegio internacional en Suiza, donde estudió inglés, alemán y francés del cual se graduó el año 1998. Luego regresó a Corea del Norte para estudiar ciencia militar en la Universidad Militar Kim Il-sung, entre 2002 y 2006, tras lo cual recibió el rango de General.

Yerba mala nunca muere… dicen

La mayoría de los analistas considera poco probable un resquebrajamiento del régimen norcoreano,  que ponga en peligro la seguridad de la inestable península coreana –y sus vecinos del área. A pesar de la aparente debilidad del “gran sucesor” la continuidad del régimen no parece estar en peligro y para ello se cuenta con un sólido círculo de hierro y un núcleo familiar que permanentemente ha rodeado a los líderes de este país: Abuelo, padre e hijo, donde destaca  hermana del fallecido Kim  Jong-Il, su cuñado y sus dos hijos mayores, que a pesar de no ser entronizados, son parte del cerrado y enigmático círculo que gobierna este país, complementado con la cúpula militar norcoreana, viejos dinosaurios, vestigios de la Guerra de Corea.

Para el analista William Márquez de BBC Mundo, Washington “La muerte repentina de Kim Jong-ill representa un momento crítico, no solo para Corea del Norte sino para el Noreste Asiático y la seguridad e intereses de Estados Unidos y sus aliados en la región. La gran incógnita es si habrá una suave transición de poder o si una lucha interna desestabilizará ese país totalitario que posee un arsenal nuclear”. Los analistas coinciden en que EE.UU. mantendrá un compás de espera cautelosa hasta que se resuelva el problema de liderazgo.

Lo que realmente preocupa  a las cancillerías occidentales, a Japón y a China, principalmente, es poder tener la certeza que la transición que se viva en Corea del Norte garantice la estabilidad de la península. Y en esto China, aliada tradicional de Pyongyang tiene un papel destacado. Para Michael Auslin, del American Entreprise Intitute “China está en un compas de espera cuidadoso, analítico para ver el comportamiento de “su estado cliente”. China intervendría si empieza a ver que el régimen está perdiendo poder, tanto para asegurar su propia frontera como para continuar su influencia en el noreste asiático”, afirmó Auslin.

Según informes de inteligencia, Estados Unidos se preparaba, previo a la muerte de Kim Jong-Il,  a proporcionar una nueva donación alimentaria a Corea del Norte -que atraviesa un grave problema de hambruna y que entre los años 1995 – 1998 significó la muerte de un millón de norcoreanos. Tal donación  es a cambio que Pyongyang suspenda su polémico programa de enriquecimiento de uranio en el complejo nuclear de Yongbyon. Para los críticos de este modelo de negociación con Norcorea  simplemente se trata de una nueva jugarreta,  ya sea con el equipo del fallecido líder o con el que surja y se fortalezca en la transición. Juego que hasta ahora ha consolidado al régimen considerado como parte del “eje del mal” y que ha logrado extraer concesiones económicas, políticas y alimentarias con el arma de su programa nuclear.

Con Kim Il Sung, con su hijo Kim Jong-Il y ahora con su nieto Kim Jong-un, Corea del Norte seguirá siendo una espina clavada para la política de expansión de las potencias occidentales, en un área geoestratégica de importancia en el Asia Oriental. Pero, dicha  importancia hay que situarla en su justo contexto pues, señala el Profesor de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales en la Universidad Autónoma de Madrid Augusto Zamora  “Corea del Norte no es el primer Estado que se dota de armas atómicas a contracorriente de la “comunidad internacional”. Israel desarrolló su poder nuclear con ayuda de Francia y EEUU. Hoy posee 250 bombas atómicas y nadie se tira de los pelos por ello. Sin embargo, Israel es un país agresor y peligroso. Ha destruido Líbano en varias ocasiones,  ha bombardeado y atacado países vecinos, combatido en cuatro guerras y aún mantiene ocupado y aplastado a un Estado entero Y no pasa…absolutamente nada”

A lo señalado por Zamora, hay que la mayor zona de riesgo atómico no se sitúa en la península coreana sino que en la denominada área indostánica. China e India se enfrentaron en una breve guerra el año 1962. Por su parte la propia India esta vez contra Paquistán, que obtuvieron su desarrollo nuclear al margen también de la “comunidad internacional”, han sostenido tres guerras, los años 1947, 1965 y 1971, con complejas relaciones que han dificultado el acercamiento entre ambos gigantes. Por tanto Corea del Norte, señala Zamora “no amenaza, objetivamente, a nadie. Está condenada por su geografía y sus vínculos políticos y militares. Tiene fronteras con dos potencias atómicas, Rusia y China, que son además sus dos únicos aliados. Al sur limita con su antítesis, Corea del Sur protegida militar y financieramente por EEUU. El arruinado régimen coreano carece de recursos para una guerra fuera y dentro de sus fronteras ¿Quién teme realmente a Corea del Norte? Nadie, absolutamente nadie. La explicación a su prueba nuclear es elemental: el régimen busca, en primer lugar, asegurarse a sí mismo, desalentando a EEUU de toda veleidad intervencionista y, sobre todo, de un ataque militar. En segundo lugar, quiere tener un argumento poderoso para negociar generosas ayudas externas, que le permitan mitigar sus penurias internas”.

Las duras medidas aislacionistas, las sanciones económicas y las presiones negociadoras no han conseguido evitar que Corea del Norte rearme su arsenal atómico, mantenga una posición propia e impredecible, y recuerde al mundo que todavía está técnicamente en guerra con Corea del Sur. La pregunta formulada hoy en el ámbito del análisis internacional no es saber si Corea del norte representa un peligro para la paz mundial, sino más bien definir si Kim Jong-un podrá seguir los paso de su padre y de su abuelo en materia de reinar, jugar al ajedrez político y militar, amenazar de vez en cuando, conseguir algunas prebendas, para finalmente seguir siendo lo que es: un paria internacional, en una sociedad  sin elementales condiciones de desarrollo político, económico y de proyección para su pueblo que permita situarlo como actor internacional relevante en pleno siglo XXI.

El peligro mayor en la península coreana no pasa por la toma de poder de este joven, Kim Jong-un,  de 28 años sin experiencia política internacional, educado en Suiza, con formación militar y dos hermanos mayores que querrán también su cuota de poder.  El peligro mayor parece estar en esta constante de querer ahogar política, económica y militarmente al régimen norcoreano, pues la desesperación puede llevar a la locura y a acciones también desesperadas. Eso los chinos y rusos, por su vecindad con Pyongyang  no lo van a permitir. Lo decíamos años atrás en un análisis de nuestra revista sobre Corea del Norte  y su programa nuclear y hoy está más vigente que nunca: Parece ser y en eso coinciden moros y cristianos que el régimen norcoreano representa un peligro mayor para su propio pueblo que para el resto del mundo.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.