El arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, justificó la visita que realizó durante la mañana del sábado al ex párroco de la iglesia El Bosque, Fernando Karadima, condenado por el Vaticano por abusos sexuales contra menores y de poder.
La máxima autoridad eclesiástica afirmó que su deber es “estar cerca de los que sufren”. “Es justamente actuar como Jesús, tendiendo la mano al que más necesita”, dijo y agregó que “he acompañado a mucha gente y algunos no les gustó, bueno no les gustó pero eso no me va impedir a seguir estando cerca de los que sufren, y a los que buscan esperanza”.
La acción provocó reacciones inmediatas uno de los principales querellantes en el caso, Juan Carlos Cruz, quien señaló que la posición de la Iglesia frente al sacerdote “es una burla y una vergüenza”, refiriéndose además a las denuncias de que Karadima puede circular libremente, pese a su condena.
Las críticas fueron contestadas desde la Conferencia Episcopal precisando que la condena del Vaticano le exige retirarse a una vida de oración y reflexión y la imposibilidad de realizar cualquier ceremonia, no impide que pueda salir a la calle.