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Lo que falta para celebrar

Columna de opinión por Vivian Lavín A.
Viernes 27 de enero 2012 11:18 hrs.


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Sin más preámbulos, podríamos decir que el 27 de enero es un día musical. Ese día se conmemoran y 256 años desde que naciera en Austria un niño genio llamado Wolfgang Amadeus Mozart, quien en sus escasos 35 años de vida produjo más de 600 obras de los más diversos géneros musicales. Buena estrella eligió para nacer otro niño en estas latitudes hace 92 años: Vicente Bianchi Alarcón, cuya vida también consagró a la música y que por si fuera poco el marco rítmico, se enmarca dentro de las celebraciones del Día del Roto Chileno, esa figura arquetípica de nuestra tradición.

Vicente Bianchi tomó la batuta a los 12 años para no soltarla más, cuando se convirtió en el director de la primera orquesta infantil de nuestra historia que naciera al alero de un programa musical de la fenecida Radio Otto Becker. Y fue este medio bajo el cual creció su genio y compromiso con la música chilena y latinoamericana.

A pesar de su bajo perfil lo suyo fue la revolución…musical. Porque vino a cambiar de manera definitiva al folclore haciéndolo dialogar con una orquesta completa. Sus arreglos y composiciones están en el imaginario musical chileno y se han ido enraizando al punto de ser hoy parte de lo que se denomina “lo tradicional”.

Revolucionario también al punto de que cuando la Iglesia Católica recién comenzaba a aceptar la idea de introducir la música cantada en lengua vernácula en las ceremonias, a comienzos de la década del sesenta, él ya tenía claro que lo sacro también puede ir de la mano de una refalosa, un trote nortino o una cueca.

Y si de revolucionar lo sagrado se trata, incumplió el mandato de Pablo Neruda para que su poema “Vida, pasión y muerte del Guerrillero” se cantara como cueca  y la convirtió en la Tonada de Manuel Rodríguez, osadía que al vate no sólo impresionó sino que además celebró al punto de forjar una prolífica amistad y trabajo junto a Vicente Bianchi. De ahí nació el Romance de los Carrera y el Canto a Bernardo O´Higgins que aún resuena en la memoria cada vez más delgada de nuestro pasado.

Autor de más de 150  obras musicales de enorme versatilidad, muchas de ellas interpretadas por las más destacadas voces latinoamericanas del siglo XX…y por su fuera poco, autor del Himno de la Universidad Católica y de los arreglo del de la Universidad de Chile. Es que en el nombre de Vicente Bianchi se reúne el trabajo, la disciplina y el amor por nuestro patrimonio.

Feliz cumpleaños, don Vicente. Esperamos que este 2012 podamos celebrarlo con ese Premio Nacional de Música que bien merecido tiene y que tanto se ha tardado en llegar.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.