En relación a la Ley DICOM, quisiera hacer algunas apreciaciones y precisiones.

El DICOM es la CNI Financiara, es decir, es la Central Nacional de Informaciones que poseen los grupos de poder que les “informa” cuan “confiables” somos nosotros, simples ciudadanos y ciudadanas de Chile, para  entregarnos un préstamo o un crédito, con un no despreciable interés por la “gauchada”.

Debo reconocer que esta Ley es un avance y nos da un respiro a esta asfixiante estructura que beneficia exclusivamente a sus arquitectos. Sin embargo, el Diputado Felipe Harboe, invitado a más de un noticiario de ultima hora en TV, adolece de algunas ausencias o ingenuidades en su “relato”.

Esta bien que celebre, pero pongan las cosas en sus verdaderas dimensiones y  no nos quieran  “pasar gato por liebre”. A los mejor él y los señores políticos no lo saben, porque no tienen idea lo que tenemos que hacer los “pobrecitos mortales” para sobrevivir en este sistema del que tanto usufrutuan.

Señores, cuando nosotros necesitamos matricular a nuestros hijos en la Universidad,  no entramos en transacciones con esa Universidad, por este sistema que ustedes mantienen, debemos acudir a un Banco para que nos den un crédito y así, poder matricularlos. Por lo tanto, cuando dicen que, ahora con la Ley, las Ues ya no pueden pedir informe de DICOM, está bien, pero los Bancos sí pueden. Entonces ¿Cuál es el cambio?

Las grandes tiendas comerciales ya no pueden acudir a la CNI financiera. Sin embargo  ¿No saben estos señores de los intereses cruzados entre estas instituciones y la banca? ¿No saben que las grandes tiendas comerciales o “retail”  son dueñas de bancos?  Y los bancos, sí lo pueden hacer.

Los hospitales y en el mercado de la oferta de trabajo, no se puede acudir a los informes Dicom, sin que no lo sepan los usuarios, pero sí se los pueden pedir a aquellos ¿Qué vamos hacer los “pobrecitos mortales” que llegamos desesperados al hospital o a pedir un crédito? Por supuesto, llevar el prontuario que ha elaborado sobre nosotros esta CNI.

En conclusión, antes acudían ellos a esta red de informaciones, hoy nos obligan a nosotros: la soga se las llevamos, los que seremos ahorcados.

Ernesto Caquisani Quezada
Profesor de Estado

Magister en Educación