Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 29 de marzo de 2024


Escritorio

El Deshuesadero de la Noticia

Remezón europeo

Está pasando desapercibida una crisis que tiene a 115 millones de europeos en la pobreza y a 23 millones desempleados en aquel continente, con medidas que apuntan a reducir salarios, aumentar la edad para jubilar y privatizar servicios. Y la gente está saliendo a protestar.

Hugo Guzmán

  Jueves 23 de febrero 2012 14:33 hrs. 
bomzh

Compartir en

Los datos son diversos, numerosos, impactantes e interminables. Sólo algunos. De acuerdo a las estadísticas de la agencia Eurostat más de 115 millones de europeos están en el ámbito de la pobreza. Según la misma entidad comunitaria europea, esa región partió el 2012 con 23 millones de desempleados. Siete millones de jóvenes están sin trabajo en Europa. Gobiernos de varios países con crisis financieras galopantes (Grecia, España, Italia, Irlanda, etc.) aplicaron las conocidas “medidas de ajustes” que llevaron a reducir presupuestos sociales, aplicar despidos masivos y bajar salarios sobre todo en el sector público. Y en los últimos meses avanzan planes para aumentar la edad para jubilar y así reducir costos de pensiones y privatizar servicios como educación y salud.

Junto a ello, hace al menos dos años entró en cuestionamiento uno de los logros de la “economía moderna” y comunitaria: el euro. Se puso en duda su viabilidad y algunos pensaron en la suspensión del pago de la deuda.

Como ocurre hace décadas, las instituciones financieras hegemónicas tuvieron que entrar de lleno a encarar los problemas estableciendo medidas destinadas a resolver deudas, desastres bancarios y de las Bolsas, estabilizar las macro economías, imponer medidas “estabilizadoras” a los gobiernos y particularmente, acciones para salvar el euro. Tal como pasó y pasa en América Latina, fue el Fondo Monetario Internacional el que se puso a ordenar lo que había que hacer. Apoyado por la cúpula de la Unión Europea con Alemania a la cabeza intentando torcer la crisis. Se sumó también el Banco Central Europeo. Todos esos estamentos actuando por encima de gobiernos e incluso de Parlamentos.

Todo lo anterior como piso para las masivas e intensas protestas en Grecia y España, que movilizaron a cientos de miles de empleados públicos, estudiantes, profesionales, intelectuales, trabajadores de sectores productivos y servicios, afectados por despidos, baja de salarios, reducción de presupuestos fiscales sociales y deterioro en el acceso a educación, salud y pensiones.

Es particular la denuncia de pretensiones o imposiciones de cambios en los derechos laborales, como quiere materializar el gobierno del derechista Partido Popular en España, aduciendo, como suele hacerse, que aquello ayudaría a superar la crisis…apoyando a la patronal.

El camino de los gobiernos, los privados y las instituciones financieras internacionales es el de las reformas laborales, con conceptos como dejar de rigidizar las condiciones de derechos de trabajadores, flexibilizar el empleo y suprimir o restringir derechos en la huelga, la negociación colectiva, horarios laborales, etc.

En España ya las dos centrales obreras plantearon al gobierno que se debe dialogar en torno de la reforma laboral y en otros países las organizaciones de trabajadores están movilizadas y en estado de alerta.

Que las cosas no andan nada bien en Europa quedó reflejado en el inicio de trabajos en la cumbre del Grupo de los 20, en Cabo San Lucas, México, donde se busca avanzar en iniciativas que permitan reforzar los sistemas financieros, lograr crecimiento económico, garantizar la estabilidad económica y encontrar rutas para subir el empleo.

El problema es que diversos expertos insisten en la ausencia de la mirada social y laboral, lo que termina por no enfrentar temas como el nivel de vida de los ciudadanos y la garantía de derechos básicos.

Quién sabe si ayudará allí la primera Conferencia Global de Negocios, que junta a  magnates, ultramillonarios hombres de negocios, líderes de grandes consorcios y representantes de empresas que, por cierto, reciben los apoyos para no irse a pique.

Como sea, de improviso pareciera que el remezón europeo que sacude esas tierras pasa desapercibido, pero en él está latente y vigente el desastre de políticas económicas liberalizadoras, privatizadoras, restrictivas y monopolizadoras impulsadas por gobiernos de derecha o socialdemócratas y respaldadas por los grupos financieros y económicos dominantes.

Una crisis a la que de repente sólo se le ve el rostro de la protestas y la represión o los intraducibles datos estadístico/financieros, pero que en el fondo y en la forma lleva el desastre de un modelo económico que no sólo no fue suficiente, sino que llevó a un hoyo negro a millones de personas que hoy están inestables frente al empleo, los salarios, los derechos laborales y el acceso a educación y salud.

En Rusia ya se conocen a los “bomzh”, millones de seres humanos sin techo que vagan por las calles como parte de los más pobres entre los pobres. Ya tiene una identidad propia y muchos se preguntan si Europa no se llenará pronto de “bomzh” ante la precariedad de las medidas de salvataje no de las bancas ni las Bolsas, sino de la gente.

Síguenos en