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Ha llegado carta de Roger Waters

Columna de opinión por Vivian Lavín A.
Domingo 11 de marzo 2012 8:47 hrs.


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El mítico cantante Roger Waters, alma fundante de Pink Floyd, estuvo en Chile y dio dos importantes conciertos. Los más notables de la última década, dicen los expertos. Presentaciones cargadas de la música que fascinó y congregó a esos primeros fans, hoy convertidos en adultos ya canos y abultados, que coreaban letras pletóricas de contenido político que habían aprendido cuando eran adolescentes de tanto darle vuelta a los atávicos cassettes. Todos ellos revivieron cuando, entonces, a voz en cuello, gritaban que querían derribar un muro construido por la Guerra Fría y un mundo que sólo era posible ver en blanco o en negro, en buenos o en malos, en demócratas o totalitarios. Volvieron a ver muchas de las imágenes que entonces les parecían tan modernas, pero esta vez complementadas con los rostros de las víctimas de las luchas y guerras libradas después. Cada víctima, una historia, una vida que era un ladrillo, otro más que pasa a ser parte de un muro interminable, asfixiante y demasiado actual. El muro de The Wall es el ícono de ese que cayó en Berlín en el año 1989 y que en ese momento se pensó sería el último. Jamás imaginó el mundo que serían nuevamente levantados, que nuevos muros se construirían en las narices de palestinos y saharauis frente a la desidia internacional.

Roger Waters no sólo repitió en Santiago de Chile las mismas canciones de antes, si no que las puso en otro contexto, y eran las mismas, pero hablaban al mundo de hoy. Por eso no extrañó que cuando sacara de su bolsillo una carta de un amigo médico solicitándole al Presidente Piñera: “Escuche a su pueblo. Ahora”, la masa humana estallara en aplausos contextualizando esa rebeldía frente a tanto ladrillo, a ese muro que no cesa de crecer.

Roger Waters continuó en gira hacia Argentina y desde allá envió otra carta. Una misiva dirigida a un amigo y conductor radial que  hizo pública dando cuenta de un hecho que había pasado algo inadvertido en su permanencia en nuestro país, como fue la visita que realizó al Palacio de La Moneda y la entrevista que por más de una hora sostuvo junto al Presidente Piñera de la cual salió “en estado de shock”. Waters le revela a su amigo algunas de las respuestas que el mandatario le dio en relación a la educación en Chile. Así es como nos enteramos, según cuenta Waters, que “la libertad de los padres para elegir la mejor educación para sus hijos” es el sello de nuestro sistema. También que respecto de la violencia en contra de los manifestantes por parte de las fuerzas policiales, “la totalidad de los heridos de las 2 mil marchas sumaron 1200 personas, sin consecuencias fatales, de las cuales 1100 eran policías…y solo 100 manifestantes”.  “¿Será que todos los políticos son tan descuidados con la verdad?, se pregunta, finalmente, el cantante británico.

La carta de Roger Waters es una pequeña abertura en nuestro propio muro. Un muro que crece día a día frente a la desidia de una autoridad que no termina de comprender que ya no se puede mentir de manera tan flagrante, que no se puede seguir haciendo creer a la gente que la realidad es un conjunto de sombras que se reflejan al fondo de la caverna. Que el muro de la indolencia en Chile, “más temprano que tarde”, tendrá que caer y que es urgente entenderlo porque ya no se soportan más ladrillos en la pared.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.