La petrolera estadounidense Chevron anunciaba esta semana que por una “pequeña filtración” suspendía la extracción de crudo de su plataforma de Campo Frade, frente al estado de Río de Janeiro. La fuga se produjo en las mismas instalaciones que fueron selladas en noviembre pasado, tras un primer derrame de entre 2000 y 3000 barriles al mar.
Este sábado 17 de marzo, y tras el sobrevuelo del área, las autoridades de la Marina brasileña identificaron “una tenue mancha” de petróleo de casi un kilómetro, a 130 kms de la costa carioca.
Mientras las autoridades determinan cómo controlar esta incipiente marea negra, un juez brasileño limitó este sábado la salida del país a 17 ejecutivos de Chevron y de la perforadora Transocean. Los directivos (cinco estadounidenses, cinco brasileños, tres australianos, dos franceses, un canadiense y un inglés) sólo podrán salir con autorización judicial, según la resolución hecha pública.
Paralelamente, la fiscalía federal prepara una acción penal por ambos derrames. La empresa no ha señalado si ambos casos están relacionados, pero las autoridades sospechan que el segundo accidente es consecuencia del primero.
A raíz del primer vertido, Chevron fue multada con más de 30 millones de dólares e impedida de realizar nuevas perforación en Brasil, pero se enfrenta a la inhabilitación total para operar en el país así como al pago de millonarias indemnizaciones por el impacto ambiental.
Por lo pronto, la compañía anunció que suspenderá temporalmente la extracción de petróleo en la región de Campo de Frade, donde se produce el 90 por ciento de los hidrocarburos de Brasil.