Portugal vivió este jueves su segunda huelga general en cuatro meses.
Durante esta jornada también se realizó la segunda movilización convocada contra las políticas de austeridad y reformas laborales del Gobierno del Primer Ministro, Pedro Passos Coelho.
Como la anterior protesta, el paro afecta, en principio, a los transportes y a ciertos servicios públicos.
Lisboa ha amanecido sin metro, con los autobuses funcionando en un 15 por ciento y con los barcos que enlazan la capital con las poblaciones ribereñas cercanas paralizadas. También afecta en distintos niveles a las escuelas y a los hospitales. El comercio, por el contrario, se encuentra abierto.