El pasado viernes la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, y su par de Hacienda, Felipe Larraín, anunciaron el pronto envío de un proyecto de ley que buscaría flexibilizar la jornada laboral y aprovechar fondos del seguro de cesantía.
Esto, como una medida que se tomaría en tiempos de crisis con el fin de proteger el empleo.
La propuesta fue rechazada de inmediato por las bancadas opositoras y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), que desmintió que fuera una de las propuestas contempladas en el acuerdo suscrito entre la multisindical y la CPC.
Solo tres días después del anuncio, el vocero Andrés Chadwick indicó que en realidad el proyecto está “en estudio” y que no se ingresará en el Congreso “en forma inminente”.
En entrevista con Radio Universidad de Chile, el presidente del Partido Socialista, Osvaldo Andrade, cuestionó la actuación del Ejecutivo y dijo que, en realidad, el anuncio se hizo sin que el contenido de la propuesta estuviera definido: “Quien tiene que explicarlo son los que entran en la contradicción, no podría señalar alguna afirmación categórica. Ahora, no me causa extrañeza, porque no es primera vez que sucede con este tipo de temas. Son los típicos anuncios que tienen más de vacío que de contenido, pero ya estamos acostumbrados. Si hay dos ministros que señalan que van a mandar un proyecto y después otro ministro dice que no va a ser así es porque no hay proyecto -cosa que yo creo- y porque el anuncio fue absolutamente inoportuno”, indicó.
En ese sentido, el ex ministro del Trabajo dijo no saber que el Gobierno haya tenido conversaciones o contactos con legisladores para permitir la tramitación.
Respecto a uno de los argumentos del Gobierno, que indicaba que la nueva institucionalidad sería parte del plan de contingencia para enfrentar la actual crisis económica, Andrade sostuvo que se trata de una nueva contradicción de la administración de Sebastián Piñera: “También parece que en esto el Gobierno ha tenido opiniones distintas, porque hasta hace un tiempo atrás parecía que no teníamos ningún tipo de riesgo. Después nos decían que Chile estaba perfectamente inmune, que los riesgos eran colaterales, hemos tenido opiniones bien distintas al respecto. Lo que llama la atención es que pareciera que la forma de enfrentar estas crisis es protegiendo a los ricos y desprotegiendo a los más pobres. Lo novedoso que tiene un proyecto de esta naturaleza es que, en estricto rigor, los trabajadores van a ganar menos. Esa es la verdad”, dijo.
Finalmente, Andrade hizo ver que Chile es uno de los países donde existe mayor flexibilidad laboral y que hay dos ámbitos en que “no se ha avanzado como quisieran los empresarios: indemnizaciones y jornada. En materia de jornada, que es el punto en cuestión, se pueden establecer todo tipo de adaptaciones, pero hay que tramitarlo con los trabajadores. Eso significa que tiene que ser producto de un diálogo entre los empleadores y los sindicatos. De no ser así, es una adaptabilidad que tiene un desequilibrio muy grande en la relación entre empleador y trabajador individual. Si es así, sería un error”, consideró.
La propuesta anunciada inicialmente por el Gobierno pretendía proteger el empleo permitiendo que las personas trabajen media jornada, reciban la mitad de su remuneración y un 25% adicional proveniente de lo ahorrado en el seguro de cesantía.
Esto, de acuerdo al ministro Felipe Larraín, permitiría que los trabajadores “reciban tres cuartos de su remuneración, en vez de la mitad”.
En caso de crisis, los ministerios de Trabajo y Hacienda citarían a un comité asesor que determinaría si es necesario aplicar la medida por seis meses. Además, se aumentarían los meses de cobertura del seguro de cesantía y se quitarían requisitos para acceder al beneficio.