Con motivo de la fiesta nacional francesa, el presidente ofreció una entrevista a los canales de televisión TF1 (privado) y France 2 (público) después de asistir al tradicional desfile militar de los Campos Elíseos.
Uno de los puntos más esperados de su intervención era su reacción al anuncio hecho el jueves por el fabricante de automóviles francés PSA Peugeot Citroën, que ante las pérdidas sufridas y las malas perspectivas eliminará 8.000 empleos y cerrará la fábrica de Aulnay, al norte de París.
El presidente dijo que ese plan de reestructuración es “inaceptable tal y como está”, por lo que “debe renegociarse”.
El gobierno no puede prohibir el cierre de las instalaciones de Aulnay, precisó, pero “podemos hacer que Aulnay siga siendo un sitio industrial”. El Estado podrá jugar con “el desempleo parcial”, “la formación profesional” y “los créditos que podemos aportar”, explicó.
El mandatario se mostró especialmente virulento con la dirección del grupo, a la que acusó de decir “mentiras” y de haber postergado el anuncio para después de la elección presidencial. “Ese plan ya era un rumor hace algunos meses, y la dirección de Peugeot negó que estuviera reflexionando sobre el plan”, sostuvo.
Ante los nuevos despidos que amenazan en los próximos meses, el jefe de Estado aseguró que el empleo y “la recuperación industrial” son para él prioritarios, al igual que la reducción del déficit y la deuda. “Sí, la primera prioridad es el empleo. Debe hacerse todo para que el empleo esté lo más alto posible al final de mi quinquenio”, declaró.
Pese al congelamiento de los gastos y las supresiones de empleos en ciertos ministerios no prioritarios, Hollande rechazó de nuevo el término “rigor”, y prefirió hablar de “esfuerzo justo”. Las categorías más favorecidas serán las que harán un mayor esfuerzo, y no “las clases medias”, prometió.
Para reducir el déficit, Hollande dijo que no descarta “ningún recurso”. “Hay que encontrar 33.000 millones (de euros) para 2013, los encontraremos”, remachó.
El presidente socialista reiteró su oposición a introducir en la Constitución el principio del regreso al equilibrio presupuestario, conocido como “regla de oro”. En su lugar, la norma, acordada por 25 de los 27 Estados de la Unión Europea para combatir la crisis de la deuda, constará en una “ley orgánica”.
Hollande también habló del conflicto en Siria, diciendo que “aún hay tiempo” de encontrar una solución política y evitar una guerra civil, y pidiendo a Rusia que deje de bloquear la adopción de una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU.
En cuanto a Malí, donde los grupos islamistas armados controlan el norte del país tras el golpe de Estado del 22 de marzo, Hollande dijo que son los países africanos quienes deben determinar el momento y la magnitud de una posible intervención militar.
Por otro lado, anunció la creación de una “comisión de moralización de la vida política”, que será presidida por el ex primer ministro socialista (1997-2002) y mentor suyo Lionel Jospin. “Esta comisión nos hará propuestas para la no acumulación de cargos (…), la financiación de las campañas, los modos de elección”, detalló el dirigente.
El presidente también fue interrogado por los periodistas a propósito de su compañera, la periodista Valérie Trierweiler, quien desató una fuerte polémica entre las dos vueltas de las elecciones legislativas de junio al apoyar en su cuenta de Twitter al candidato rival de Ségolène Royal, ex compañera de Hollande y madre de sus cuatro hijos.
En la entrevista de este sábado, Hollande declaró que “los asuntos privados se solucionan en privado. Y se lo he dicho a mis allegados, para que acepten escrupulosamente ese principio”.
Interrogado sobre la posibilidad de que se repita un incidente similar, el jefe de Estado respondió con un “no” categórico. “Pienso que los franceses son como yo, quieren que las cosas estén claras, que no haya ninguna interferencia” entre la vida privada y la vida pública, explicó.