Develan red de espionaje de la dictadura con vínculos en el exterior

Este jueves fue revelada Información secreta e inédita donde se asegura que Augusto Pinochet lideró una red de espionaje que se vinculó con el Vaticano, el FBI y la prensa internacional y se menciona al diputado RN Alberto Cardemil como recopilador de datos de la Vicaría de la Solidaridad.

Este jueves fue revelada Información secreta e inédita donde se asegura que Augusto Pinochet lideró una red de espionaje que se vinculó con el Vaticano, el FBI y la prensa internacional y se menciona al diputado RN Alberto Cardemil como recopilador de datos de la Vicaría de la Solidaridad.

Archivos secretos hasta ahora inéditos sobre la dictadura militar de Augusto Pinochet y sus vínculos con el extranjero, donde estarían involucrados el Vaticano, el FBI, otras dictaduras latinoamericanas y la prensa mundial, fueron difundidos este jueves por la agencia DPA.

Estos documentos, por décadas catalogados como reservados, confirman que los cuerpos represivos chilenos, la DINA primero y la CNI después, mantenían correspondencia casi diaria con ministros y otras autoridades, para coordinar operaciones en todo el mundo.

Según una de las circulares, el líder de la DINA, el ex general Manuel Contreras, tenía potestad incluso para investigar a los empleados del Estado antes de que fuesen contratados y en 1976 las facultades del órgano represor fueron ampliadas pudiendo instalar citófonos presidenciales en la administración pública y tener un archivo con las fichas de todos los detenidos y perseguidos, cuya información enviaba al ministerio que la solicitara.

Según el Plan de Operaciones Epsilon, la DINA, cuyo director está hoy preso cumpliendo un centenar de condenas, tenía poder incluso para dar órdenes a ministros de Pinochet.

La estrategia -diseñada en junio de 1975 por Contreras, ante la visita al país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y  distribuida a ministros y jefes de servicios- tenía por misión “realizar una campaña de acción psicológica abierta y clandestina”, para neutralizar en el mundo las denuncias por violaciones a los derechos humanos.

Las coordinaciones entre la policía secreta y los ministros siguieron incluso luego de la disolución en 1978 de la DINA y las llevó a cabo la CNI con operaciones en Bolivia, Argentina y Brasil, a través de las embajadas chilenas que remitían informes periódicos sobre la actividad de los exiliados, los medios de comunicación y organismos humanitarios.

Los archivos secretos revelan además el esfuerzo continuo de la dictadura por desacreditar a sus opositores y ganar aliados, operación en la que aparece involucrado el hoy jefe de Bancada de Renovación Nacional Alberto Cardemil, quien como viceministro de Interior, envió a Cancillería las fichas secretas de los funcionarios de la Vicaría de la Solidaridad, para poner en marcha una amplia acción de desprestigio de esa entidad liderada por la Iglesia católica.

“Conforme a lo conversado en nuestra reunión almuerzo de días pasados, me permito adjuntarle carpeta con antecedentes completos de las personas que trabajan en la Vicaría de la Solidaridad”, redactó Cardemil el 26 de abril de 1985 en el oficio secreto 1953.

Las operaciones detalladas en estos archivos revelan además el seguimiento a cientos de corresponsales dentro y fuera de Chile, como Pierre Kalfon de “Le Monde” y James Pringle de “NewsWeek”, entre casi un millar referidos en estos documentos.

Los textos desnudan además los diálogos con el Vaticano para neutralizar a los sectores de la Iglesia que criticaban las violaciones a los derechos humanos, liderados por el cardenal Raúl Silva Henríquez.

Otro asunto importante mencionado por la agencia alemana son los Informes de Apreciación Sociológica que la Armada prepara para la Junta Militar en los últimos años del régimen, donde se delinee la entrega del poder y las características que debe tener la democracia en ciernes, esperando que los militares no cedan “el principio de autoridad”.





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