Lapidario informe retrata malas prácticas de empresas forestales con el bosque nativo

La Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo, junto a parlamentarios de oposición, dio a conocer un estudio que evidencia una serie de malas prácticas productivas por parte de las empresas forestales, las que tienen fuertes impactos a nivel social y ambiental, así como en el desarrollo a largo plazo de nuestro país.

La Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo, junto a parlamentarios de oposición, dio a conocer un estudio que evidencia una serie de malas prácticas productivas por parte de las empresas forestales, las que tienen fuertes impactos a nivel social y ambiental, así como en el desarrollo a largo plazo de nuestro país.

En la zona centro sur de nuestro país operan las empresas forestales, las que hoy están atentando contra la salud de los ecosistemas y de las poblaciones locales, según sostuvo la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo en un informe que dio cuenta de un impacto social del que nadie se está haciendo cargo.

El diputado PPD Enrique Accorsi afirmó  que hay muchos casos en que las empresas no piden autorización a la Corporación Nacional Forestal (Conaf), sobreexplotando los suelos sin autorización, lo que es penado por la ley.

“Hemos estado fiscalizando para que se cumplan todas las normas actuales de manejo del bosque nativo. Hemos visto cómo, en muchas ocasiones, no se respetan para nada en el manejo que hacen las grandes empresas. Hay denuncias concretas, que vamos a fiscalizar con oficios al ministerio de Agricultura y a las dependencias del SAG y la Conaf”, dijo el parlamentario.

Entre otras prácticas, se ha podido constatar el establecimiento de plantaciones forestales de rápido crecimiento como el eucaliptus y el pino, los que tienen altas demandas de agua y que, producto de un uso histórico de tres o cuatro décadas, están secando los esteros y dejando a las poblaciones sin agua.

A esto se suma la “tala raza”, que elimina toda la vegetación y deja el suelo descubierto por dos o tres años, los que son fuertemente erosionados por las lluvias, con lo que se pierde la productividad. Además, el arrastre de esos suelos que llega a los cursos de agua la contamina, aguas que beben las comunidades rurales y también las ciudades.

Esto es peor si consideramos que en algunos casos se aplican químicos para eliminar la vegetación indeseada.

La diputada socialista Denise Pascal señaló que “la extensión de la tala raza y la evaluación de los impactos han empezado a afectar la zona, especialmente en Valdivia y su entorno. Tenemos sectores como San José de la Mariquina, la cuenca del río Cruces, Llancahue, Piedra Blanca, una serie de comunidades que han visto cómo estas empresas forestales van comiéndose los bosques nativos”.

Cristián Frener, vicepresidente de la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo, señaló que para terminar con esta situación se deben adoptar una serie de medidas institucionales que perfeccionen el modelo débil que tenemos hoy en día: “Generar un cambio en la institucionalidad vigente, fortalecer el rol de Conaf, que tenga un rol fiscalizador y de control muchísimo más fuerte, con personal ad hoc. Por otra parte, mejorar la legislación, generando leyes de fomento forestal y que apunten a la conservación de los ecosistemas naturales y no simplemente estén pensadas con fines netamente productivos. Y por último, también existen sistemas de certificación internacionales que regulan el manejo forestal”, indicó.

Frener añadió que es necesario darle una mirada de largo plazo a este tema, ya que los impactos a nivel social y ambiental que está creando el esquema vigente, podrían significar el fin del bosque nativo chileno, con lo que se limitaría fuertemente el desarrollo de nuestro país.





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