“Quisiéramos en realidad pasar a otra etapa en donde pudiéramos actuar como lo hacemos con otros países, en donde nosotros asesoramos en sus mediciones”. Esas fueron las palabras de Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina, al anunciar que el organismo dejará de tener injerencia en el cálculo de las estadísticas de la encuesta Casen.
Esto, luego de la serie de cuestionamientos que provocaron los datos divulgados por el Gobierno, según los cuales la pobreza disminuyó del 15,1 al 14,4 por ciento, mientras la indigencia cayó del 3,7 al 2,8 por ciento.
El Gobierno reaccionó pronto asegurando que las palabras de Alicia Bárcena fueron “malinterpretadas”, según dijo el ministro de Desarrollo Social, Joaquín Lavín, quien afirmó que se seguirá trabajando junto a la Cepal y que la próxima semana se reunirán para definir la “modalidad exacta” de colaboración. La idea, adelantó, es avanzar hacia un “un INE autónomo capaz de medir los índices de pobreza”.
“Ratificamos nuestro compromiso con Chile de aportar ideas, propuestas y cualquier apoyo en materia metodológica, porque es uno de los países de la región con el que más queremos salir colaborando”, agregó la propia Alicia Bárcena, quien indicó que el mecanismo sería similar al utilizado en Brasil y México, donde la Cepal hace cursos de capacitación y establece comisiones de evaluación para estudiar las líneas de pobreza.
Para el presidente de la Fundación América Solidaria, Benito Baranda, la polémica que desató la última Casen y las declaraciones de la Cepal son “una buena oportunidad” para que el Gobierno transparente la situación y se decida a reformular el instrumento.
Para esto, dijo, se deben cumplir tres condiciones: “La primera de ellas es que tienes que dar cierta autonomía al organismo que tome la Casen; si es el INE, tienes que darle mayor autonomía. Después tienes que asegurar que el equipo técnico que trabaja sea altamente calificado. Y por último, asegurar que lo que vas a integrar en el instrumento te va a permitir efectivamente poder monitorear las políticas públicas”, explicó.
Según Baranda, “el Gobierno tiene una muy buena oportunidad para hacerlo. En medio de toda esta polémica puede decir ‘yo he actuado de manera transparente y voy a demostrarlo con que la próxima Casen va a estar bajo este organismo, va a tener esta autonomía y no va a estar con la fragilidad de poder ser mal utilizada’”.
La idea de que el INE se vuelva autónomo y se haga cargo de la medición fue compartida también por Leonardo Moreno, director ejecutivo de la Fundación para la Superación de la Pobreza.
Moreno explicó que la línea de pobreza se determina con la encuesta de presupuestos familiares del INE, pero de acuerdo a una versión de fines de la década de los ‘80.
Por eso, consideró que “la solución más sencilla y bastante fácil de aplicar es que el INE tenga estas características de instituto independiente y autónomo, que esté fuera de los vaivenes de la política partidista y de los problemas más inmediatos, y que a partir de ahí precisamente se hagan los cálculos, que por lo demás, el INE los tiene hechos. Tiene una encuesta de presupuesto familiar bastante más actualizada y no solo eso, sino que tiene la capacidad técnica para poner al día este instrumento y otros”.
En este sentido, Leonardo Moreno señaló que la Casen debe considerar otros factores, además del ingreso: “La Fundación ha venido sosteniendo hace muchos años la necesaria actualización de la línea y complementariedad del instrumento. Es decir, que podamos tener una medición multidimensional”, afirmó.
Asimismo, recalcó que “como se ha puesto en duda la confiabilidad, es muy difícil que la gente de a pie confíe en una cifra de cualquier encuesta que se entregue en las mismas condiciones que esta, es decir, por el propio ministerio de Desarrollo Social. En ese sentido, es importante entender con criterio de Estado que las instituciones tienen que no solo funcionar, sino que ser creíbles. Por lo tanto, es importante cambiar el organismo que entrega las cifras”.
En la misma línea, Benito Baranda afirmó que con estas modificaciones, la Casen incluso puede resultar mejor posicionada después de la crisis.