La policía de Río de Janeiro comenzó este domingo de madrugada la ocupación de las favelas de Jacarezinho y la vecina Manguinhos, dos de las más violentas de la ciudad, en manos de traficantes y uno de los mayores centros de consumo de crack.
Poco antes de las 05:00 horas comenzó esta megaoperación policial con el paso de 13 blindados de la Marina de guerra que abrieron camino a los 800 policías que, vestidos de negro y fuertemente armados, entraron a pie en las intrincadas callejuelas de estas comunidades.
En Jacarezinho, hubo disparos poco antes de comenzar las acciones, mientras que en Manguinhos, la operación se realizó sin novedad, según la prensa local.
En la megaoperación, participaron 170 fusileros navales, responsables de la operación de los 13 blindados que sin problemas apartaban cualquier obstáculo que dejaron los traficantes en la vía, y 1.300 oficiales de policía, de los cuales 800 entraron a las comunidades.
Los otros 500 se mantenían patrullando el perímetro, mientras otros equipos fueron enviados a otras favelas para buscar traficantes.
Los helicópteros de la Marina y la policía también sobrevolaban la zona.
En grupos de ocho, avanzaban los policías a pie por la extensa zona, requisando algunas de las casas y transeúntes, mientras algunos blindados se postraron al lado de montañas de basura.
Pocas personas observaban desde sus ventanas a los policías subir por las calles de la favela, por primera vez en décadas. Otras rompían en llanto al ser blanco de revistas de los uniformados.
“Disculpe, ahora no le puedo hablar”, era la respuesta común de los pocos que estaban en las calles, que, temerosos, se negaron a comentar la operación.
Se colocaron retenes de la policía en las entradas de estas favelas, ubicadas a menos de 10 kilómetros del centro de Río y al borde de importantes vías de la ciudad.
El sábado, los efectivos de las tropas de élite mataron a cinco presuntos jefes del narcotráfico, que huyeron a una barriada cercana, en tanto continúan la búsqueda de otros diez narcos.
Jacarezinho y Manguinhos, donde habitan unas 75.000 personas, son de las favelas más peligrosas de Río de Janeiro: el tráfico de drogas era una actividad cotidiana y que se hacía en plena luz del día, y era común ver gente armada a cualquier hora “vigilando” la favela.
El refuerzo de la presencia policial en los últimos días no ha espantado a los cientos de adictos al crack, muchos de ellos niños, que viven en improvisadas y ruinosas casas y deambulaban por las vías del tren suburbano vendiendo y consumiendo la droga.
La operación del domingo incluyó un equipo municipal de lucha contra el crack para brindar asistencia.
Después de la ocupación de los Complexos de Penha y Alemao -este último tomado en noviembre de 2010 en una megaoperación policial-militar tras varios días de enfrentamientos que dejaron 37 muertos-, Manguinhos y Jacarezinho se convirtieron en el principal reducto de la banda de traficantes del Comando Vermelho (CV), que opera en otras barriadas de Río.
También están previstas operaciones policiales en las barriadas de Mandela y Varginha, en el mismo sector.
En las favelas ocupadas el domingo, se instalará a finales de año una Unidad de Policía Pacificadora (UPP) con agentes entrenados especialmente para hacer frente a los problemas de la comunidad.
Con ésta, serán 29 UPP instaladas en favelas de Río de Janeiro desde 2008, cuando comenzó la estrategia de ocupación de estas comunidades para mejorar la seguridad antes del Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.
La última se abrió hace menos de un mes en Rocinha, la mayor barriada de Brasil y situada en el corazón de los barrios ricos de la ciudad.
Unos 6.770 policías están destacados en las UPP y el gobierno espera instalar 40 para 2014.