Luego de cinco meses de auditoría, el ministro Harald Beyer envió un oficio al Consejo Nacional de Educación (CNED) que solicita la clausura de la Universidad del Mar, argumentando que ésta no respetó sus propios estatutos y abandonó su proyecto universitario.
La medida se ha tomado en 45 casos anteriores desde 1993, pero en todos se trataba de instituciones que no eran autónomas y estaban bajo la tutela del CNED. La Universidad del Mar, en cambio, tenía el visto bueno de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) y funciona con cerca de 16 mil alumnos de Arica a Punta Arenas.
La indagatoria comprobó que existe inequidad en la administración de las distintas sedes de la institución, lo que se traduce en una serie de perjuicios para los estudiantes, quienes ya habían denunciado el hecho; y que no se respetaron los estatutos al elegir la junta directiva de modo separado y no en un solo acto.
El rector Patricio Galleguillos anunció que se apelará al cierre ante el CNED, organismo que, según el ministro Beyer, ahora debe actuar “como un tribunal”.
“Primero tiene que escuchar a todas las partes y decidir sobre la base de los distintos antecedentes si es que el Mineduc está en lo correcto en su petición. Si es así, se produce un cierre gradual de la institución y, al mismo tiempo, tanto el Consejo como nosotros velamos por la titulación oportuna de los estudiantes de esta institución o por su traspaso a otras instituciones de educación superior”, explicó.
Justamente, este es el punto que los estudiantes observan con atención. El presidente de la Federación de Estudiantes de la sede de Iquique, Alejandro Silva, reafirmó las irregularidades señaladas por el Mineduc y dijo que éstas incluso continúan hasta el presente.
“Lo que pedimos a la autoridad es que cuiden y apoyen los intereses de los estudiantes, reubicándolos en otras universidades, dándoles opciones de estudio, que no pierdan años, que sus títulos sean válidos y que sean reconocidos en el ámbito laboral. Es decir, que el título no sea estigmatizado por la sociedad. Lo que pedimos es que el Estado debe velar por los estudiantes”, afirmó.
En ese sentido, el dirigente indicó que “las sanciones y las penas del infierno, que le lleguen a quienes robaron, vulneraron a los estudiantes y siguen trabajando y lucrando cada vez más, que son los empresarios. Y aquí hablo solo por Iquique, que mantiene una posición férrea: si tienen que cerrar la universidad, que la cierren, pero cuidando los intereses de los estudiantes”.
No obstante, entre las organizaciones estudiantiles de la universidad no existe consenso ante la medida. Dirigentes de la Federación de Maipú se reunieron con representantes del Mineduc para obtener más detalles y dijeron esperar que la clausura no se concrete.
La secretaria general Karina Henríquez pidió “que se escuche la voz de los estudiantes de la Universidad del Mar, que queremos terminar nuestros estudios. Es el fin principal que tienen todos los alumnos que se quedaron en la sede y a nivel nacional: terminar nuestros estudios de la mejor manera posible”.
La dirigenta recalcó que “la auditoría fue realizada antes de la reestructuración y del cambio de la junta directiva, entonces la universidad que está funcionando en este momento no es la misma que fue auditada. Por eso pensamos que la apelación puede ser viable, dada la reestructuración administrativa que existe”.
La opción de que la Universidad del Mar cierre también provocó rechazo entre asociaciones de académicos, que acusaron al Mineduc de “irresponsabilidad”, y en el ex rector Raúl Urrutia, quien consideró que la institución puede continuar y dijo que el Estado debió actuar antes.