Controversia generó que el Servicio Sismológico de la Universidad de Chile anunciara que no podrá garantizar la continuidad en el sistema de monitoreo en tiempo real, debido a que no cuenta con el financiamiento necesario.
La entidad señaló no haber recibido el financiamiento comprometido por la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi), que además mantiene en su poder y sin utilizar casi 600 sismógrafos de banda ancha, acelerógrafos, acelerómetros, GPS y distintos tipos de sensores que servirían para el monitoreo.
La situación ya había sido advertida por las autoridades del servicio a comienzos de enero. Su director, Sergio Barrientos, explicó a Radio Universidad de Chile que actualmente tanto las actividades de turno como las estaciones satelitales se financian “con ayuda internacional”, lo que continuaría al menos hasta marzo.
En esa línea, el especialista dijo que “esperábamos que este convenio hubiese entrado en vigencia el 1 de enero de este año. Lamentablemente no pudo ser así, pero ya está firmado y lo único que queda es que la Contraloría General tome razón. Esperamos que lo haga lo antes posible”.
Barrientos dijo haberse reunido el jueves con el director de Onemi, el general en retiro Ricardo Toro, quien “nos ha asegurado que él va a hacer lo mejor de su parte para apoyar las labores que realizamos como servicio. Es un general de la República y confiamos en que su deseo es el mismo que tenemos nosotros, para que podamos trabajar de manera conjunta en el futuro”.
En su comunicado, el Servicio Sismológico aseguró que a casi tres años del terremoto y maremoto de febrero de 2010, los habitantes de Chile, el país más sísmico del mundo, “se encuentran en un nivel de inseguridad mayor” que antes de la tragedia.
En ese sentido, Sergio Barrientos calificó el actual sistema como “bastante frágil” e indicó cuáles son sus carencias: “Tenemos que incorporar nuevos sistemas automáticos de detección, cosa que produzcan una mayor robustez al sistema integrado. También tenemos que tener más especialistas en computación que puedan, justamente, integrar los nuevos programas y resolver algunos problemas que se nos presentan día a día, con fallas de equipamiento o con software que ha sido diseñado de una manera y ahora se está usando 7×24, es decir, de una manera para la cual no fue diseñado. Hay que rediseñarlo, porque está cargando demasiado nuestros computadores y es necesario tener no solamente el hardware sino también las personas. Además, necesitamos tener las comunicaciones y todo un sistema que permita que la red sismológica responda adecuadamente frente a las situaciones que vendrán en el futuro”, explicó.
La declaración del Servicio Sismológico provocó molestia en la Onemi, cuyo director calificó las críticas como “injustas”.
De acuerdo a Ricardo Toro, el convenio fue suscrito hace solo dos semanas y los recursos están asegurados: “Es un poco injusto, cuando saben que el convenio está firmado y que van a llegar a robustecerse y cuando tuvimos una reunión para solventar cualquier situación que pudiese llegar a ocurrir. No lo entiendo”, dijo.
El director de Onemi agregó que “tenemos la mejor intención de seguir trabajando con la Universidad de Chile, porque ellos son los expertos en esta materia. Por eso que decidimos invertir y hacer el convenio”.
Asimismo, aseguró que “con el convenio en trámite en la Contraloría y habiendo tenido las reuniones, creo que nunca antes Chile estuvo en mejor posición con una red sismológica en las perspectivas que tenemos hoy”.
Finalmente, el ex uniformado aseguró que el traspaso de recursos que se encuentra en trámite alcanza cerca de 3.800 millones de pesos, los cuales servirán para mantener el sistema de monitoreo, incorporar los nuevos sismógrafos y personal adicional.