Esta semana ingresó al Congreso el proyecto de perfeccionamiento de la Inscripción Automática y el Voto Voluntario, que fue anunciado por el Gobierno luego de las irregularidades que se presentaron en las elecciones municipales pasadas.
El Servicio Nacional Electoral y su nuevo Consejo Directivo jugarán un rol importante en la implementación de esta iniciativa, así como también en la modernización de un servicio que tuvo que asumir la carga de una serie de reformas políticas.
En entrevista con Juan Pablo Cárdenas, el presidente del Consejo Directivo, Juan Emilio Cheyre, explica los detalles del funcionamiento de esta nueva institucionalidad.
¿Cuál es la función del Consejo directivo del Servicio Nacional Electoral?
Este es un consejo directivo y como tal no viene a reemplazar al director del servicio. El espíritu es el mismo que rige para el Consejo del Banco Central, que trabaja en función de la visión estratégica, de la dirección general, de la impartición de políticas, de la concurrencia al Senado cuando haya que opinar. Es el director ejecutivo el que lleva la gestión y administración. A él lo tenemos que seleccionar, por eso nuestra función es compatible con otros ámbitos como la academia.
Tuvimos un Registro Electoral y hoy hay un Servicio Nacional Electoral ¿Hay cambios o es algo puramente semántico?
El Registro Electoral es el listado de los posibles electores, de ahí se saca el padrón, se borra la gente que está inhabilitada por causa judiciales o murió y el servicio es el que administra el sistema electoral. Chile busca profundizar la democracia y solidificar las instituciones y ha habido cambios muy profundos en ese sentido. En el mundo se ha demostrado que una democracia sólida es aquella donde la gente participa y lo hace con un sistema que lo haga votar libre, informadamente, en forma secreta y todos los atributos que conocemos. Creo que eso es vital. Yo que conocí y viví el drama de Chile al perder su democracia, creo que todo lo que hagamos por solidificarla y fortalecer las instituciones es vital y eso es el sistema electoral.
En relación a la institucionalidad ¿Cómo se generó este Consejo Directivo?
El Consejo directivo se origina en una propuesta que hace el Presidente de la República al Senado. El Senado nos llamó, nos interrogó la comisión respectiva, nos preguntó nuestro quehacer y después el Senado votó en una sesión que duró más de dos horas.
¿Cree que su pasado militar tuvo algo que ver con la designación?
Yo creo que directamente no, aunque en la discusión de los senadores ese aspecto apareció mucho y me deja muy satisfecho la valoración que ellos hacían de la contribución que se hizo en ese tiempo y del nivel de confianza que alcanzó el Ejército y yo a su cargo. Pero también gravitó la formación. Soy doctor en Ciencia Política y Sociología y Máster en Ciencia Política y Relaciones Internacionales. Esto requiere de personas que tengan un conocimiento de la política, pero también de la gente. El Senado dio un apoyo casi unánime. Hubo sólo dos abstenciones y una de ellas fue la de la senadora Ximena Rincón, quien no se mostró de acuerdo con que no hubiese mujeres en el organismo.
¿Cómo responde a algunas críticas que ha tenido su designación?
Hay opinión de algunos académicos que se preguntan por qué un militar está en esto. Pero en el Senado lo que mucha gente dijo es que el hecho de que un ex militar estuviera involucrado demuestra la normalidad que ha adquirido este país. Para estar en este cargo debes estar absolutamente alejado de la política y los colegas que pertenecían a partidos tuvieron que renunciar a ellos. Yo he mantenido ese aspecto desde que me fui del Ejército y esto te blinda políticamente. A mí me interesa morir alejado de los partidos. Porque me la jugué por otra cosa.
Desafíos del Servel
En países como México o Venezuela la tendencia es consolidar una entidad que además haga estudios, compare los resultados y proporcione información valiosa a los partidos y ciudadanos ¿Es la idea configurar una entidad supraelectoral?
Absolutamente, con plena autonomía. Yo quisiera valorar lo que hemos tenido en Chile en el Registro Electoral, pero a nuestro juicio quizás esto debería cambiar con en este súper 2013 donde vamos a tener cuatro elecciones por la inclusión de los Consejeros Regionales y una primaria. Esta debería ser la última vez en que deberíamos tener un Servicio Electoral del siglo XX, pero paralelamente hay que empezar a hacer esta tremenda transformación, que es la tendencia del mundo. Este servicio no tiene departamento de estudios, la información que encuentras en sus páginas es fidedigna pero no permite desmenuzar y hacer un escáner de esta base de la democracia. Aquí tiene que venir una transformación muy profunda. Nuestro objetivo es sacar elecciones impecables, pero también empezar a hacer un gran cambio hacia estas instancias.
Hay un proyecto para eliminar las distorsiones que se produjeron en las elecciones municipales y una limpieza del padrón electoral ¿Cómo se pretende hacer esto?
Es un proyecto de perfeccionamiento de la Inscripción Automática y el Voto Voluntario y apunta a mejorar las distorsiones, los errores y las malas señales de las Municipales. Hay que entender la complejización que tuvo esto con el cambio de sistema. De 6 millones pasamos a 12, entonces de un sistema donde todo el control lo llevaba el Servicio Electoral, ahora este organismo es un receptor de información que llega del Registro Civil, de PDI, de Extranjería. Hubo algunas situaciones en las que aparecían registradas personas que ya habían fallecido, locales de votación desiertos, concentración de gente en ciertos lugares. Por eso, lo que se busca es dar herramientas para las soluciones. El nuevo proyecto dice que si personas de más de 80 años no han sacado carnet en 20, no deben estar en el registro. Electoralmente se borra, por ejemplo.
¿Qué pasa con el acarreo?
Se tipifica dónde te puedes cambiar y cuál es tu domicilio electoral. Puede ser el domicilio donde trabajas, donde estudias y donde vives y además una segunda vivienda que tiene que estar arrendada por ti o por un familiar directo. Además se prohíbe que las sedes de partidos o de los pactos tengan 200 personas inscritas. En esa zona se puede inscribir sólo el que trabaja en la sede. El proyecto de ley da herramientas para mejorar lo que se vio con este brutal cambio que dio la inscripción automática y el voto voluntario
¿Qué factibilidad ve de que esto se tramite rápidamente y que haya acuerdo político?
Yo creo que es alta por la percepción de necesidad. Todos coincidimos en las municipales en que algo está fallando. No hemos medido la importancia de las primarias. Son una cosa nueva. Encontramos que como está la ley no garantiza el libre sufragio, como por ejemplo al dar colores distintos a la papeleta. Queremos que haya dos iguales, entonces vuelves a una urna a depositar el voto y dejar el otro en una de desecho. Hay que eliminar toda barrera que lleve a no votar porque lo que se debe hacer es entusiasmar a que la abstención baje y que tenga una legitimidad.
En las elecciones municipales hubo más de 60 por ciento de abstención ¿El servicio tendrá dentro de sus funciones promover la participación ciudadana?
Le corresponde en la medida de decir por qué es importante el voto en una democracia y dejarle clarito a la gente cuáles son sus derechos y botar las barreras. Nos corresponde asegurarle a la gente que tiene una votación fácil, que se le resguarda la privacidad del voto.
Hay personas que no confían en el sistema binominal y otras que votan por candidato presidencial y se abstienen de las parlamentarias ¿Tienen voz en ese asunto?
No podemos ponerlo nosotros, pero si cuando se discuta el sistema binominal quieren pedir nuestra asesoría técnica en cuanto a la ejecución de un proceso A o B, lógicamente que la tenemos que dar.
¿Cómo se hará la entrega de cómputos?
La ley impuso que seremos nosotros los que tenemos que hacer lo que antes hacía el Ministerio del Interior. Vamos a ser la cara visible en la entrega de resultados y no estamos sujetos como podría querer algún gobierno a retrasar este proceso o algo así.
¿Con qué recursos cuentan?
Esto se financia con una ley que asigna los recursos. Nosotros definimos los requerimientos sobre la base de cómo han funcionado hasta ahora, pero lo primero era cooperar con el desarrollo de la ley.
El ex director del Servel Juan Ignacio García decía que no había recursos para controlar el fraude o el gasto de los partidos…
Hay un servicio electoral que ha sido muy eficiente, que tiene 200 y tantas personas y en la escala de sueldos del Estado es el más bajo que existe. Tiene un sistema informático de la década del 90 que le caen todas estas tareas por ampliar los espacios. Aquí definitivamente la tarea se duplicó solo en electores. Nosotros respondemos con lo que hay y sin cambios salvo el perfeccionamiento de la ley debemos hacer buenas elecciones.
Podrían manejar bien el proceso pero tendrán una lluvia de críticas porque no se reguló el gasto de campaña
Aquí definitivamente hay que transitar a otro servicio. Y el Ejecutivo, los políticos y parlamentarios deben asumir que no solamente se pueden entregar tareas. El nivel de perfección con que se entregan los antecedentes de gasto al servicio es bien cuestionable en términos de cuánto pasa la barrera y cuánto no la pasa. Nosotros el deber que tenemos es de proponer y concitar el interés de armar un servicio totalmente coherente con las responsabilidades que se le han fijado y transitar hacia un servicio que no tiene por qué ser monstruoso pero que no puede no tener un departamento de finanzas que haga auditorías y control del gasto. O por ejemplo un departamento de estudios para manejar el voto electrónico que si no se hace bien se puede prestar hasta para el cohecho.
¿Hay algún adelanto en ese sentido? ¿Quién está estudiando eso en Chile?
Nosotros no nos queremos matricular con ningún sistema. No podemos dejar un Transantiago. Nuestra aspiración es que en las próximas municipales debutemos, después de una marcha blanca, pero hay que dar ese paso. El Servicio Electoral tiene estudios, pero muy en pañales. Está administrando lo que tiene que administrar y hay que meterle cabeza rápido.
¿Por cuánto tiempo funcionará el Consejo Directivo?
Tiene cinco miembros, tres de ellos por 8 años y dos de ellos por cuatro años. Hay formas de destitución, pero es un consejo que tiene continuidad.