Una autocrítica y un llamado a los parlamentarios a “recuperar la confianza ciudadana” incluyó el presidente de la Cámara de Diputados, Nicolás Monckeberg, en la cuenta pública de su administración.
“Nuestra incapacidad de ponernos de acuerdo no es neutra, ciertamente afecta a miles de chilenos, cuya solución se dilata y sus esperanzas se diluyen”, sostuvo el legislador de Renovación Nacional.
Monckeberg destacó el ingreso de 474 proyectos de ley a la Corporación y la aprobación de distintas iniciativas, como las leyes antidiscriminación, de tolerancia cero, antitabaco, la reforma tributaria y de elecciones primarias.
Gran cantidad de estas nuevas normativas tuvieron como origen hechos desafortunados, que pusieron en la agenda del Ejecutivo un tema olvidado por el Congreso o anteriores gobiernos, como sucedió con la llamada “Ley Zamudio” o la nueva “Ley Emilia”.
Estos sucesos, por una parte, obligan y presionan al Ejecutivo a legislar y también ayudan a “desempolvar proyectos olvidados en el Parlamento”, según afirmó el diputado del PPD Ramón Farías.
“Es poca la movilidad que eventualmente puede tener la Cámara, la posibilidad de poder definir la prioridad de un proyecto de ley sobre otro. Eso lo pone el Gobierno, si el Gobierno le pone suma urgencia a un determinado proyecto lo va a apurar y lo va a sacar, pero esos proyectos prevalecen por sobre otros que nosotros podamos estar estudiando. Eso es la reforma que hay que hacer en la Cámara, porque la percepción de la gente es justamente esa, que estamos legislando en torno a la contingencia”, señaló.
El parlamentario añadió al balance el desenlace de varias comisiones investigadoras, entre ellas la que investigó el lucro en la educación superior y la que indagó el funcionamiento del Servicio de Impuestos Internos. Ambos informes fueron rechazados por la Sala de la Cámara.
El diputado DC Pablo Lorenzini compartió la crítica esgrimida por Ramón Farías, aunque endosó un importante grado de responsabilidad a los distintos liderazgos políticos. “Está un poquito la teoría de la soberbia ministerial, no hay ninguna posibilidad de cambiar nada, no tenemos atribuciones entonces, o lo botas o lo dejas. Esa prepotencia sobre el parlamento viene del sistema presidencialista que yo creo que hay pocos en el mundo de esta manera”, explicó.
Sumado a que los tiempos y urgencias son de patrimonio del Ejecutivo, los parlamentarios cuestionan que no puedan ingresar proyectos de ley que involucren el traspaso de recursos fiscales y que éstos puedan ser discutidos en el Congreso.
Jaime Baeza, académico del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, indicó que se debería debilitar la impronta presidencialista de nuestro régimen político, aumentando las atribuciones de los parlamentarios.
“En el actual régimen, el presidente tiene tal nivel de poder que les dejas mucho tiempo libre y lo que hacen es reaccionar. Sería importante que, más que Cámaras reactivas o Cámaras bloqueadoras, fueran Cámaras que tuvieran mayores atribuciones legislativas para ellas generar propuestas de leyes que puedan ser negociadas y discutidas con el Gobierno”, expuso.
Desde el oficialismo, el diputado de Renovación Nacional, José Manuel Edwards, relativizó las críticas de sus correligionarios de oposición, manifestando que “si se legisla sobre la base de la contingencia es porque eso le interesa a la ciudadanía.
Además, dijo que reformas que cambian el modo en que se relaciona el Congreso y con Ejecutivo, deben analizarse desde una mirada estructural y no a la ligera.