La iniciativa busca que las salas exhiban una cantidad de películas nacionales y latinoamericanas que corresponda al menos a un tercio de las producciones de otro tipo que se hayan puesto en cartelera en el primer o segundo semestre del año.
Como complemento, incluye el concepto de “media de continuidad”, que obliga a los exhibidores a mantener una producción en pantalla si es que ésta alcanza una cantidad mínima de espectadores. La cantidad de espectadores requeridos se mide a través de porcentajes según el tamaño de las salas y si es que se trata de temporada alta (de abril a septiembre) o baja (de octubre a marzo).
El proyecto señala además que otros países han protegido sus industrias cinematográficas estableciendo cuotas de pantalla y medias de continuidad, pero también destinando recursos públicos y creando impuestos a las obras extranjeras.
La iniciativa fue ingresada en octubre por ocho diputados de distintas bancadas y está en la comisión de Cultura de la Cámara, pero fue reactivada este miércoles con la presentación de un video en que una serie de actores manifiestan su respaldo.
PROYECTO DE LEY DE CINE from Nico Klein on Vimeo.
El diputado Marcelo Díaz (PS), uno de sus impulsores, sostuvo que los reconocimientos recibidos por NO y Gloria en el extranjero y el éxito de taquilla de Stefan vs Kramer demuestran que el cine chileno requiere un impulso desde el Estado para eludir la predominancia de las cintas extranjeras.
“Hay una priorización de facto por parte de los exhibidores respecto de las películas extranjeras, particularmente de las películas de Hollywood. Desde esa perspectiva, nos parece que el cine chileno vive un momento que requiere un impulso que vaya en la perspectiva de darle un espacio y un lugar”, dijo.
Según el parlamentario, “todos los países que invierten en promoción de su propio país ante el resto del mundo, más que gastarse plata en fundaciones, invierten en su industria cultural. El cine es uno de los principales vehículos de difusión y formación de valores, de identidad, de paisajes y atractivos de un país. Invertir en cine nacional también es invertir en Chile”.
Uno de los actores que participa de la iniciativa es Daniel Muñoz, quien señaló a Radio Universidad de Chile que “no es justo que el cine tenga que competir por mérito propio con superproducciones que van a llevar mucha más gente. Hay que apoyarlo de alguna manera y acostumbrar al público, de a poco, a verlo. Hay que buscar una forma de hacerlo factible, de entregarle a los chilenos algo que las películas que vienen de afuera no pueden entregarle”.
“Es necesario que las leyes protejan y que, una vez protegido, lo hagan crecer más, transformarlo en un bien que pueda ser capitalizado a nivel cultural y económico por los propios chilenos”, agregó.
Sin embargo, establecer una cuota de pantalla no significa que el público acudirá automáticamente a ver cine chileno. Para el actor Alejandro Trejo, sin embargo, “hay que partir por algo. Si hay una cuota de pantalla, se verá cómo se publicita eso, cómo se da a conocer y cómo se hace para que la gente vaya. Ya está comprobado que, por ejemplo, cuando dan cine chileno en TV los puntos de rating que se marcan son bastante altos, entonces ya hay un antecedente. Más adelante se verá cómo, en conjunto entre empresas, Estado y productores de las películas, se logra que ese producto se haga visible y la gente lo vaya a ver”.
Los promotores del proyecto admitieron que éste no cuenta con el apoyo del ministro de Cultura, Luciano Cruz-Coke, pero manifestó su esperanza de que avance gracias al respaldo de distintas bancadas y el mundo del cine, el teatro y la academia.