Encuesta constata que brecha social se funda en la Primera Infancia

El sondeo caracterizó a la población en diversas variables, como acceso a salas cuna y jardines infantiles, inserción laboral de las mujeres y habilidades cognitivas y socioemocionales de los niños. Una de las principales conclusiones es que a los seis meses ya es posible apreciar diferencias en el desarrollo de los infantes, de acuerdo al segmento socioeconómico al que pertenezcan.

El sondeo caracterizó a la población en diversas variables, como acceso a salas cuna y jardines infantiles, inserción laboral de las mujeres y habilidades cognitivas y socioemocionales de los niños. Una de las principales conclusiones es que a los seis meses ya es posible apreciar diferencias en el desarrollo de los infantes, de acuerdo al segmento socioeconómico al que pertenezcan.

Diferencias en el desarrollo psicomotor, cognitivo y socioemocional entre los niños pertenecientes al quintil más rico y más pobre se evidencian desde los seis meses. Esa fue una de las conclusiones que arrojó la Encuesta Longitudinal de la Primera Infancia 2012.

El sondeo, encargado por el ministerio del Trabajo y Previsión Social, utilizó una muestra de 18 mil niños de entre 6 meses a 7 años de edad, que sirvió para caracterizar a madres, tutores y niños según variables socioeconómicas de acceso a salas cunas y desarrollo socioemocional.

El indicador más preocupante, según David Bravo, director del Centro de Microdatos de la Universidad de Chile, es que está brecha, que se produce desde los seis meses, se incrementa muy tempranamente, siendo casi irreversible a los cinco años.

Los factores que inciden en esto no tienen relación con el infante, sino que con el entorno, indicó Bravo, argumentando que “madres con mejor educación saben fomentar y potenciar las habilidades cognitivas y emocionales de sus hijos”.

Por ello, la solución, según el especialista, es educación temprana y de calidad: “Cuando medimos en Cuarto Básico con el SIMCE, cuando medimos en la PSU o cuando medimos los ingresos en el mercado laboral y nos escandalizamos por esa desigualdad y esa brecha, nos damos cuenta que ésta tiene su origen y se acrecienta fundamentalmente en la edad temprana. En consecuencia tal vez nos esforzamos mucho en corregir esas deficiencias en el mercado laboral, cuando lo que hay que hacer de una vez, es hacer una gran inversión en educación temprana”.

Lo cierto es que el uso de salas cunas o jardines infantiles es bajo. El 76,6 por ciento de los niños menores de dos años no asiste a este tipo de establecimientos. Tampoco lo hace el 47,2 por ciento menor a tres años y el 18,7 menor a cuatro.

Sobre la inserción laboral, el 49,5 por ciento de la madres está ocupada, el 3 desempleada y un 47,5 está inactiva, es decir, no tiene intenciones de acceder a un empleo.

Un elemento que merma las aspiraciones de disminuir las brechas salariales y aumentar la participación femenina en el mercado laboral, según indicó David Bravo, es que, independiente de si una madre tiene o no trabajo, debe cumplir con una segunda jornada en el hogar.

Respecto de este factor, el economista explicó que “el trabajo al interior del hogar tiene fundamentalmente una cara femenina y es de una carga horaria que eventualmente ameritaría, que hubiera algún tipo de regulación, algo así como la Dirección del Trabajo, porque en realidad es una carga muy desigual. Y eso es un aspecto aparentemente cultural, ese es un arreglo que se da al interior del hogar y está evidentemente vinculado con las posibilidades que tiene una mujer para desarrollarse en el mercado laboral”.

La ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, señaló que este estudio debe ser analizado por todos los senadores, diputados y autoridades públicas porque, según enfatizó, “realmente abre los ojos”.

En esa línea, la secretaria de Estado recalcó que hay que enfocar “todo nuestro dinero y toda nuestra atención en esos niños antes de los cinco años. Ahí es donde vamos a lograr que un niño que nació perfecto, pero que después no ha tenido la atención, no lo han sabido estimular, no le han sabido enseñar, no tiene exposición a mucho lenguaje, ni a mucha cultura. A veces tiene exposición a  poca comida o mala comida. En eso tenemos que intervenir en forma muy temprana como Estado para realmente reducir las diferencias en Chile”.

David Bravo manifestó que un buen proyecto de ley de salas cuna podría intervenir positivamente en dos áreas: entregar educación de calidad a los niños que no sean correctamente estimulados en sus hogares y permitir que las mujeres se inserten en el mercado laboral para acceder, a su vez, a una mejor calidad de vida.

Consultada la ministra por el proyecto de salas cuna que el Gobierno se comprometió a tener listo en su versión de borrador en septiembre del año pasado, Evelyn Matthei dijo que aún está en elaboración.

Los resultados detallados, documentación y la base de datos de esta encuesta estarán disponibles desde mayo en el sitio electrónico www.elpi.cl

Foto: Unesco





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