En conversación con Patricio López en el programa Semáforo de Radio Universidad de Chile, el pre candidato Andrés Velasco se refirió a la independencia partidaria que, según él, caracteriza su candidatura y se hizo cargo de las críticas que se han hecho al gobierno de la ex Presidenta Michelle Bachelet, de quien fue Ministro de Hacienda y parte del equipo político. Además, realizó una evaluación política del retorno de la ex directora ejecutiva de ONU Mujeres y de la carrera que se viene en el contexto de las primarias de la Concertación, que se realizarán el 30 de junio. Respecto de una Asamblea Constituyente, el ex ministro de Bachelet sostuvo que “es la mejor manera de garantizar que nunca se van a hacer los cambios políticos”.
¿Porque quienes tienen la intención de ir a votar el 30 de junio en la primarias de la oposición deberían votar por usted y no por Michelle Bachelet?
Porque la mía es una candidatura independiente que pretende hacer las cosas de un modo distinto, al margen de los partidos políticos y sus malas prácticas. En Chile tenemos enormes desafíos para mejorar la educación, que tiene problemas estructurales graves y que los estudiantes nos hicieron ver. Seguimos siendo una sociedad injusta, donde se discrimina, donde las regiones tienen poco peso político y donde. pese a las bajas tasas de cesantía que el gobierno informa, hay tres millones y medio de jóvenes y mujeres que no tienen acceso al trabajo. Esto desafíos requieren liderazgo y acuerdos políticos, que con el actual estado de las cúpulas de los partidos políticas no se van a lograr. Es por esto que estoy trabajando en construir una alternativa distinta para aquellos que están marginados de los partidos.
En lo práctico, es sabido que el manejo el manejo territorial de alcaldes y diputados es fundamental para el éxito de una candidatura presidencial y ellos pertenecen a partidos políticos. ¿Cómo se gana primero y como se gobierna después prescindiendo de los partidos políticos?
Lo que tú señalas es el típico fenómeno de las malas prácticas políticas que a la gente la tiene harta. Cuando una elección se gana acarreando a las ciudadanas y ciudadanos, ofreciéndoles un chocman a cambio de su voto, se está distorsionando la democracia y la voluntad popular. El desafío para mi candidatura y todas es que deje de ocurrir el ausentismo, que la gente se quede en la casa, y que la votación se decida con dos o tres micros en el caso de alcaldes y concejales. El desafío de todo candidato y el mío también es que las grandes mayorías silenciosas, que votan por convicción, se entusiasmen.
Si ganas la primaria el 30 de junio, pasarás a ser el candidato presidencial de la DC, el PR, el PPD, el PS y del PC. ¿Cómo va a ser en lo concreto tu relación con los partidos en esta eventualidad de triunfo?
Chile tiene un sistema presidencial y el Presidente necesita al congreso, pero éste necesita al Presidente. Los acuerdos tardan y son difíciles, pero llegan. Y son difíciles, sea o no sea militante el que sea Presidente de la República. Si repasamos, Ricardo Lagos militaba en dos partidos al mismo tiempo, el PPD y el PS, y su relación con los partidos fue sumamente tormentosa. Michelle Bachelet militaba en el PS, y en su mandato este partido se desmembró y dos de los candidatos a la presidencia en 2009 eran antiguos socialistas: Marco Enríquez-Ominami y Jorge Arrate. En el actual gobierno, el principal dolor de cabeza de Sebastián Piñera ha sido su relación con la UDI. Esto lo digo porque como los partidos se han volcado hacia adentro y les preocupa más las cuotas de poder que las personas, efectivamente esa relación no es fácil, pero no va a ser fácil si es que el presidente tiene un carnet de militancia. Al revés, si es que la independencia le permite al presidente o presidenta tener un mandato popular más amplio y tener más legitimidad de cara a la gente, eso facilita su relación con los partidos.
Lo que importa no es la militancia del presidente, lo que importa es la legitimidad y el mandato popular, la aceptación que tengan sus ideas, y eso se logra en una primaria.
Para la llegada de Michelle Bachelet hubo sólo dos alcaldes, del PPD y el PS. Ni Osvaldo Andrade ni Camilo Escalona estuvieron en las actividades de la mañana y de la tarde, pese a que son los que más han hablado de ella en las semanas precedentes. ¿Cómo interpretas políticamente esta puesta en escena para anunciarle al país la llegada de la ex Presidenta?
Antes que nada, celebro que con la llegada de Michelle Bachelet se complete el cuadro de quienes vamos a participar las primarias porque con esto a la gente se le aclara el panorama. Muchos no sabían cuándo ni quiénes iban a competir. Ahora están todas las cartas en la mesa y lo que importa ahora es que todos mostremos nuestras propuestas e ideas.
Es evidente que los partidos de la Concertación han sufrido un tremendo descrédito, eso lo saben las personas y las encuestas lo demuestran. Esto lo sabe el grupo que esta armando la campaña de la ex Presidenta, por lo tanto creo que no debe sorprender que las cúpulas partidarias hayan estado ausentes. Lo que sí es bastante claro es que si uno lee la prensa estos días, las cúpulas partidarias van a querer hacer oír su voz.
Lo que esta en juego es la libertad, o la falta de libertad y restricciones que las cúpulas partidistas le van a imponer a sus candidatos. Por ejemplo en la DC hemos visto tiras y aflojas, los partidos políticos tienen agendas que muchas veces distan de sus candidatos y de la ciudadanía, y eso la gente lo entiende y lo reprueba. Cuando se ha aceptado a regañadientes una primaria para la presidencial y no para las municipales, esta es una violación flagrante de principios democráticos, es una mala práctica que se mantengan los pitutos sin ningún tipo de escrutinio popular.
Fuiste Ministro de Hacienda de Michelle Bachelet y parte del equipo político ¿Cuál es en retrospectiva el principal acierto y error del gobierno de Michelle Bachelet?
Antes que nada, soy de los que trabajan en equipo y me hago cargo de loas carencias, errores y de los logros. Entre éstos están las reformas sociales grandes y ambiciosas que hicimos de tal manera que perduren al menos en una generación. Hicimos una reforma de pensiones que hoy le da beneficio a un millón de abuelitos, subsidio al trabajo joven, profundizamos seguro de desempleo. Todo esto se realizó de tal modo que Chile siguió siendo una economía bien protegida, frente a los vaivenes externos. El mundo se vino abajo en términos económicos en 2008 y 2009, y mientras que en Chile la crisis duró 6 meses, en España dura 6 años. En Chile la cesantía llegó al 9 por ciento y 10 por ciento en el peor momento, mientras que en España llegó al 26 por ciento y todavía se mantiene, entre otras cosas.
La combinación de ambición social con estabilidad económica es muy difícil de lograr, por esto es que creo que fue un logro importante no sólo en el gobierno que participé, si no que fue una constante durante veinte años.
He sido crítico del estado actual de los partidos de la Concertación, pero no tengo pelos en la lengua para enfatizar que hay obras macizas en materias instituciones y políticas sociales, como el Plan Auge con 80 patologías garantizadas para atenderse gratis, la pensión básica solidaria, un sistema penal más eficiente y confiable que el que existía antes de la reforma de Eduardo Frei.
En relación a los errores, faltó más fuerza a la hora de impulsar reformas políticas. Cuesta entender que han pasado 23 años desde que nos deshicimos de Pinochet y aún está vigente el sistema binominal que él nos legó. Aparte de una ley de partidos políticos anticuada, aún no elegimos popularmente a los intendentes y no hay ley del lobby. Y aún se necesita un quórum altísimo que no se justifica para la aprobación de leyes. Es por todo esto que debimos haber actuado con más fuerza y los partidos no tuvieron mayor voluntad.
Tu crítica al sistema político, es similar a la que tiene el movimiento estudiantil y otros, que han levantado la bandera de la asamblea constituyente. ¿Estás de acuerdo con esa propuesta?
No. No estoy de acuerdo con una asamblea constituyente, porque creo que es la mejor manera de garantizar que nunca se van a hacer los cambios políticos. No está considerada en el ordenamiento actual chileno. Y para que una asamblea pudiese empezar a configurarse, el actual Congreso tendría que delegar a un ente que no existe el poder para hacer una constitución. Y si alguien piensa que este Congreso va a delegar a una asamblea el poder para cambiar la constitución, yo lo invito a que crea en el viejito pascuero o la cigüeña.
Yo sí quiero que pase algo, y el camino para eso es el de la política en democracia. Primero, levantar la voz, decir “hay que hacer los cambios”. Segundo, ser muy precisos acerca de qué cambios queremos y cómo realizarlos. Porque si hay que cambiar el binominal, alguien tiene que proponer qué lo va a remplazar y yo no he visto propuestas. Tercero: hay que hacer política en democracia, es decir, ir a las radios, a la calle y plantear los cambios. Y no votar otra vez por diputados o senadores que se opongan a las reformas.
Tus críticos de la oposición han dicho que tu candidatura es la representante de los sectores neoliberales de la Concertación. ¿Esta palabra te identifica, te ofende, qué respondes frente a esa critica?
Esa crítica es otro ejemplo de la mala política y de las viejas prácticas. Es falsa y establece que lo único que importa son los criterios de pureza ideológica. Yo soy una persona de centro izquierda que lucha por traer a la centro izquierda al siglo XXI, cuando muchos se han quedado en el siglo XIX. Es una crítica hecha con la intención de destruir, con mala leche, con segundas intenciones. Política vieja que es exactamente lo que hay que desterrar.