¿Qué implica la nominación de Chile al Consejo de Seguridad de la ONU?

Analistas internacionales destacan este nombramiento y la posibilidad que tendrá el país de posicionar su opinión en temas de paz y seguridad entre las naciones. Sin embargo, la capacidad de veto de los miembros permanentes atenta contra la democracia del Consejo y ensombrece la capacidad real de toma de decisiones.

Analistas internacionales destacan este nombramiento y la posibilidad que tendrá el país de posicionar su opinión en temas de paz y seguridad entre las naciones. Sin embargo, la capacidad de veto de los miembros permanentes atenta contra la democracia del Consejo y ensombrece la capacidad real de toma de decisiones.

Chile será el candidato de América Latina para integrar el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en el periodo 2014-2015, informó el ministro de Relaciones Exteriores, Alfredo Moreno.  La decisión fue tomada de forma unánime por todos los países de Latinoamérica y el Caribe y la votación se llevará a cabo en octubre, donde Chile tendrá que obtener el apoyo de al menos dos tercios de los integrantes de la Asamblea General.

El director del Centro de Estudios Internacionales de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Juan Emilio Cheyre, destacó la relevancia de esta nominación y calificó al Consejo de Seguridad como “el organismo más importante de la ONU”.

“Chile, al integrarse, forma parte de un reducido número de países que tiene altas responsabilidades, fundamentalmente con la paz mundial. Eso es muy positivo en términos de hacer valer los principios y valores que inspiran a nuestro país, para mantener algo tan importante como la paz y contribuir efectivamente a ese propósito, a través de la membresía en el organismo de más alto nivel en el mundo relacionado con el tema”, expresó Cheyre. 

Efectivamente, el Consejo de Seguridad de la ONU es el único organismo que excede la facultad de dar recomendaciones, pudiendo tomar decisiones que deben ser respetadas por los Estados Miembros.

La nominación unánime de Chile, incluso de parte de países con los que mantiene conflictos limítrofes en tribunales internacionales, como Bolivia y Perú, “demuestra que es un actor relevante en la región, un actor ponderado que en política exterior ha actuado en forma consecuente y que no persigue una influencia basada en ideologías, sino que se valoran los principios a los cuáles adhiere y por los que lucha, como la democracia, los derechos humanos, la paz en el mundo, la contribución a la solución de los conflictos en forma pacífica, que son los grandes temas del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”, explicó Cheyre.

Esta reputación estaría respaldada por anteriores participaciones en el organismo internacional, específicamente el año 2003 y 2004. Durante ese periodo, el voto del entonces presidente Ricardo Lagos fue clave para rechazar la invasión de Estados Unidos a Irak, la cual finalmente sucedió escudándose en la existencia de armas de destrucción masiva, las que nunca fueron encontradas.

Habiendo asegurado los votos en la región, las gestiones del Ministerio de Relaciones Exteriores se focalizarán en conseguir la aprobación de los representantes de otras naciones del mundo. Sin embargo, el ambiente es promisorio y es casi una realidad que Chile integrará el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a partir del 1 de enero de 2014.

Toma de decisiones

El Consejo de Seguridad de la ONU está compuesto por diez miembros no permanentes que varían cada dos años y cinco miembros permanentes: Estados Unidos, Rusia, China, Francia y el Reino Unido. Para aprobar una resolución debe haber al menos nueve votos a favor, pero los miembros permanentes cuentan con derecho a veto.

La analista del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, Paz Milet, explica que esta composición “corresponde a las lógicas de distribución del poder en el periodo de postguerra. Ahora, ha sido objeto de profundos cuestionamientos y dentro de las reformas que ya llevan bastante tiempo planteándose dentro de las Naciones Unidas, está el generar una conformación del Consejo de Seguridad que responda más a la lógica actual”.

Además, otro problema radica en el derecho a veto de los miembros permanentes, que pueden bloquear que se genere alguna resolución, “no así los miembros no permanentes, que no tienen esa facultad”, manifestó Milet.





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