Si de algo ha sido referente la Feria del Libro de Santiago es de los reconocidos Diálogos Latinoamericanos. Instancias de conversación entre autores del continente que buscan fortalecer y relevar su creación.
Es en ese contexto que los escritores nacionales Diego Zúñiga, Marcelo Mellado, Leonardo Sanhueza y Carla Guelfenbein se presentarán en la Feria del Libro de Buenos Aires este fin de semana. Encuentro literario que replicará estas conversaciones por segundo año consecutivo.
La última representante nacional es Nona Fernández, quien será parte del panel “Historias de mujeres” junto con las escritoras Gabriela Cabezón de Argentina, Brenda Lozano de México y Mónica Bustos de Paraguay. Todas ellas conversarán este lunes acerca del rol de las narradoras latinoamericanas y de su trabajo en el región, como sostuvo Fernández.
La autora de Fuenzalida señaló que estos diálogos latinoamericanos “instalan a los autores en el ámbito del mercado y hace que los escritores dialoguen con sus pares. Yo participo más de la última jugada que de la mercantilista, porque para mí como autora se me hace muy entretenido saber en qué están los otros escritores de la región”.
La escritora, además, señaló que por causa del funcionamiento de la actual industria editorial es “complejo leerse entre latinoamericanos, pues para hacerlo es necesario pasar por la curatoría española o europea”. No obstante dio luces de mejores tiempos al destacar el rol de las editoriales más pequeñas que están manejándose dentro de otros ámbitos.
El taller
En estos momentos Nona Fernández acaba de reestrenar (por cuarta vez) su obra El Taller. Montaje que narra sobre los encuentros literarios que realizaba Mariana Callejas en su casa de Lo Curro mientras su marido, el agente de la DINA Michael Townley, llevaba a cabo sesiones de tortura y experimentaba con armas químicas durante la dictadura militar.
Nona describió este montaje como otra de las “historias de mujer” de la que hablar, sobre todo porque en torno a esta tallerista se creó una suerte de mito urbano: “Cuando era adolescente se hablaba de esta historia. Se contaba que había una escritora que tenía un taller y que era agente, pero no había información al respecto, como muchas de las historias de la dictadura. Por un minuto pensé que era una especie de invento y después comencé a encontrar material sobre ella, me fui topando con declaraciones y me di cuenta que esa historia era real. Una nueva narración”, subrayó.
Lo importante es que “de las historias de mujer hay mucho de qué hablar, mucho que dar a conocer y mucho qué comprender”. Y añadió que “es justamente de eso de lo que se encargan las narradoras latinoamericanas, tema que se destacará en la Feria del Libro de Buenos Aires”.