En un principio, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, señaló que los atentados podían estar relacionados con un intento para que fracase el actual proceso de paz entre Turquía y la milicia kurda del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). “Aquellos que no aceptan” – el proceso en curso con el PKK- “pudieron decidir tales acciones”, dijo, pero a la vez planteó también la opción de que tuvieran que ver con la actual crisis en Siria.
Fue esta tesis la que en adelante cobró fuerza, cuando -según recoge el portal de internet de la televisión pública turca TRT- el ministro del Interior, Muammer Guler, dijo que “las personas y las organizaciones que perpetraron (los ataques) han sido identificadas y se estableció que están vinculadas a organizaciones que apoyan al régimen sirio y a su servicio de inteligencia”. Por su parte, el viceprimer ministro Besir Atalay, citado por la cadena NTV, indicó que, según los primeros resultados de la investigación, los autores no habrían cruzado la frontera desde al lado sirio sino que “se encontraban en Turquía y mantenían vínculos con los servicios de inteligencia sirios.”
Horas más tarde, las primeras muestras de condena empezaron a conocerse de parte de la comunidad internacional. El vocero de las Naciones Unidas, Martin Nesirky, indicó que el secretario general de la organización, Ban Ki-moon, “condena todos los actos de terrorismo y reafirma que nada justifica el ataque contra civiles” y que “espera que los culpables sean rápidamente identificados y llevados ante al justicia”.
El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, calificó los atentados de “despreciables” e indicó que Turquía, como país miembro, “tiene el apoyo de la Alianza”. Turquía cuenta desde febrero con seis baterías de misiles Patriot, desplegadas por la OTAN en el sur de país, para proteger su territorio de eventuales ataques con misiles balísticos desde Siria.
De su lado, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, dijo que “Estados Unidos condena los atentados con coche bomba de hoy” y que su gobierno “está del lado de su aliado, Turquía.”
Por su parte, a través de un comunicado emitido desde el palacio del gobierno francés, el presidente François Hollande condenó “con la mayor firmeza” el doble atentado y expresó “en nombre de Francia su solidaridad con el pueblo y las autoridades turcas”.
Turquía y Siria comparten cerca de 900 kilómetros de frontera y desde que inició la guerra en Siria en marzo de 2011, ha habido varios incidentes en territorio turco relacionados con ese conflicto. Reyhanli se encuentra a menos de un kilómetro de Cilvegozu, el paso fronterizo que la conecta con la localidad siria de Bab al-Hawa, y además de ser un lugar de tránsito de ayuda humanitaria serviría como puente para el paso de armas destinadas a los civiles y rebeldes sirios. En la provincia de Hatay, donde queda Reyhanli, viven actualmente alrededor de 20 mil refugiados, y entre ellos varios desertores del régimen de Bashar al-Assad.