La victoria en las urnas del dos veces Primer ministro Nawaz Sharif, seguido del ex campeón de cricket Imran Khan, junto a la derrota del partido del presidente Asif Ali Zardari, significa para Pakistán un gran salto hacia la derecha, aún cuando ninguno de los tres partidos haya logrado la mayoría y, en consecuencia, se impongan las alianzas para formar gobierno.
La insatisfacción de los electores ante cinco años de un gobierno minado por las acusaciones de corrupción catapultó en las urnas a la Liga Musulmana de Nawaz Sharif y al Movimiento por la Justicia de Imran Khan, que obtuvo 35 escaños después de en boicotear los comicios del año 2008 y obtener una sola silla en el 2002.
La jornada electoral estuvo marcada por la violencia y, pese a ella, por una fuerte participación. Según la Comisión electoral, un 60% de los electores inscritos acudieron a las urnas, la tasa mas elevada desde los comicios de 1977, a pesar de los actos sangrientos que tuvieron lugar este mismo sábado. En Karachi y en la provincia de Baloutchistan, los ataques dejaron un saldo de 22 muertos.