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Su majestad el “éxito”, palabra discapacitante


Lunes 20 de mayo 2013 11:09 hrs.


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A través de los años, me he dado cuenta que la única herramienta certera para lograr el liderazgo y la felicidad es el autoconocimiento.

Hoy en día, cientos de personas buscan escalar de una manera u otra en su trabajo para poder lograr, a costa incluso de sus propias vidas, el temible, codiciado y manipulador ‘éxito’. La gran palabra de cinco letras por la cual se trabaja de manera inhumana, enviando a los niños para que los conviertan en máquinas de un sistema ambicioso de poder y que los preparan para la PSU desde los cinco años.

El ‘éxito’ va siempre relacionado a una competencia, al cumplimiento de una meta, a un nivel de status social, también como antónimo del ‘fracaso’. ¿Cuántas personas viven, respiran, luchan e incluso asesinan por él?

¿Les suenan estas frases?: ‘Hay que luchar para ser exitoso’, ‘Mira todo lo que ha conseguido, es muy exitoso’, ‘Tienes que estudiar o vas a ser un fracasado’, ‘¡Esa es la única manera de ser exitoso en la vida!’.

Mi sensación es que al escuchar esas frases, inmediatamente el ser exitoso se convierte en un dogma. Inmediatamente ves tu vida como un camino de obligaciones y metas, no de oportunidades y aprendizajes. Y estoy en completo desacuerdo con esas definiciones.

En el más hermoso de mis procesos, que ha sido vivir sobre una silla de ruedas durante casi 9 años, he ido erradicando conceptos, asociaciones y relaciones que no me hacen ningún sentido en mi vida actual. El concepto de ‘éxito’, hoy afortunadamente para mí ha mutado como yo en todos estos años.

Exitoso, el que tiene una pareja quien lo ame, exitoso, el niño que crece y aprende con lo simple, exitoso, el padre que tiene hijos felices, exitoso, el alcohólico que eligió la sobriedad a la embriaguez, exitoso, el matrimonio que después de años continúan juntos y son capaces de quedarse dormidos mirándose a los ojos, exitoso, el que es capaz de conocerse y aceptarse, exitoso, el enfermo que acepta su enfermedad y desde ahí, comenzó su mejoría.

¿Cómo puede cambiarnos la vida si realmente podemos conectarnos y sentir?… no pensar, solo sentir.

Me parece realmente preocupante, que en nuestra sociedad actual, los temas de contingencia en una conversación familiar sean el fútbol y las elecciones presidenciales. Los adolescentes sentados sobre un resorte, terminan de comer y en un abrir y cerrar de ojos, desaparecen de nuestra vista a conectarse a otro mundo, porque nosotros los desconectamos del nuestro.

¡Dejemos de ser seres discapacitados por elección!

¡Hey!, usted, el que prefiere ver televisión cenando, deje de ser ciego y vea que su familia está frente a usted. Es su elección.
Para el amargado, que todo es terrible, y su silla de ruedas mental es tan pesada que lo arruga, bájese de ella porque es su elección también.

El que saluda a su pareja y no se desconecta del celular al llegar a la casa, no sea sordo, quien lo esperaba en casa también quiere que lo escuchen!

Enseñemos y demostremos que el éxito es solo un concepto. Abramos los ojos de una vez por todas para no dejar un mundo desechable. Seamos capaces de trabajar en nosotros mismos. Enseñemos que la ‘ambición’ es el octavo de los pecados capitales y que el ‘éxito’ no va relacionado con el dinero.

¡Si esta columna no le hizo ningún sentido, me parece perfecto!

Me habla de que el Estado debe ampliar la definición de discapacidad.