De los 11 ítems en que fueron analizados en los 36 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), Chile destaca sólo en satisfacción con la vida, con una nota de una 5,9 en una escala de cero a 10. Esto porque el 77% de la población se reconoce feliz con su vida personal.
El informe destaca que Chile ha mostrado un crecimiento sólido desde el año 1990, una importante reducción de la pobreza y otros avances en vida y salud pública, además exhibe la tercera menor brecha entre hombres y mujeres en educación.
El problema es que a la hora de desglosar las cifras aparecen datos que van en contra del promedio en calidad de vida, incluso, nos ubican dentro de los peores lugares, tal como subrayó el economista Centro Internacional de Globalización y Desarrollo (Ciclob), Andrés Solimano.
“Este informe de la OCDE coloca a Chile en un lugar 34 en un total de 36 países a nivel de felicidad. Hay un aumento percibido, pero a nivel internacional estamos solamente sobre México y Turquía”, indicó.
Entre estos elementos se destaca que la satisfacción pasa por la vida individual, no así con la vida en comunidad. En esa línea, Alejandro Micco, especialista del Centro de Microdatos de la Universidad de Chile especula que podría deberse a la falta de mecanismos por los que se pueda influir en la comunidad. Además, los chilenos viven una inseguridad en el acceso a los servicios sociales.
Otra arista es el tema laboral. Chile califica con nota 4,8 de 10 en empleo. Además, se ubica en los últimos 9 lugares del ranking por un indicador que ya conocemos: la mala distribución del ingreso. No es bueno tampoco el balance “vida y trabajo”, en que el país tiene un 5,4, esto por las extensas jornadas, la baja productividad y el poco tiempo para el ocio.
Alejandro Micco cuestionó si esto se debe a que nos comparamos con países con mayores ingresos o simplemente deja ver una relación complicada con el área: “En Chile tenemos un contrato social que en lo laboral no cumple su rol: la gente trabaja mucho y no se produce mucho porque no hay altos ingresos. La idea es que todos estemos mejor, y en eso podría estudiarse que con menos horas trabajadas seamos capaces de producir más”.
Entre las otras aristas que afectan nuestra calidad de vida están temas ambientales, la peor evaluada con una nota de 2,9. La contaminación del aire, y la calidad del agua se llevan todos los reclamos.
En esa línea, Micco afirmó que en la medida en la que el país se desarrolla este factor va a ser cada vez más relevante. Sin embargo, afirmó que hay que enfrentar, como base, temas como la pobreza y la distribución del ingreso, lo que implica invertir más en elementos como educación. Esto no significa “dejar el tema de lado”, afirma, se pueden tomar medidas como, por ejemplo, incrementar los fondos públicos a partir de impuestos verdes, cumpliendo así con los dos objetivos.