Desde hace meses, la IV región de Coquimbo se ha visto afectada por una grave sequía, que la llevó a ser declarada zona de catástrofe en agosto de 2012.
La diputada Adriana Muñoz, representante de la región y presidenta de la Comisión de Recursos Hídricos, Desertificación y Sequía de la Cámara de Diputados, advierte que “hay cifras que establecen que en 120 años no había una sequía tan fuerte y tan severa como la actual”.
Además, detalló que “los ocho embalses de la región están bastante bajos. El embalse Paloma, el segundo más grande de América Latina, está casi al cero por ciento de su capacidad”, mientras que el resto estaría seco o secándose.
El gobierno dispuso de un bono de 100 mil pesos para las familias afectadas. Además, los distintos municipios han coordinado la entrega de bidones de agua mediante camiones aljibes, la cual llega cada quince días.
Pero la grave sequía no solo perjudica la calidad de vida de la población. Para el alcalde de Monte Patria, Juan Carlos Castillo, esta situación “ha provocado el empobrecimiento de la comunidad, de forma muy especial de aquellos más pobres”.
El edil destacó particularmente la difícil situación por la que pasan los crianceros, “gente humilde que vive de sus animales y obviamente que aquí hubo una mortandad superior al 70% en los animales ya nacidos y pérdidas totales en las crías”.
Además, “en el caso de los agricultores, en la exportación hay entre un 30 y 40 por ciento de disminución de la productividad, debido a la falta de agua”.
Para Castillo, la ayuda de parte del gobierno ha sido “muy tardía y tremendamente burocrática”. En eso coincide el diputado Matías Walker, integrante de la Comisión de Recursos Hídricos, Desertificación y Sequía de la Cámara, para quien “el gobierno ha reaccionado tarde, no se ha empodCritican erado al intendente con todos los recursos que se requieren para enfrentar este tema”.
“Ha habido un exceso de burocracia y una lentitud muy grande en la adopción de medidas, lo mismo han dicho los regantes, los crianceros, las comunidades agrícolas. La verdad es que el gobierno no le ha tomado el peso a la grave situación de sequía que tenemos en la región de Coquimbo, este es un terremoto silencioso que afecta a miles de familias”, expresó.
El parlamentario comentó que la Comisión de Recursos Hídricos se encuentra revisando este tema y apuntó a avanzar hacia “grandes proyectos que solucionen el problema hídrico”, como la “carretera hídrica”, además de procesos de desalinización del agua y la construcción paulatina de embalses.
Esto último asoma como una posibilidad lógica para autoridades y expertos. Sin embargo, para Paola Vasconi, consultora en medioambiente y cambio climático, “una de las medidas fundamentales es evitar la deforestación y reforestar las zonas afectadas”.
“Mucho se ha propuesto el tema de la construcción de embalses pero esa no es una solución, porque la caída de agua desde la Cordillera al mar tiene un efecto positivo para el resto de los ecosistemas, por donde va fluyendo el agua”, explicó.
Paola Vasconi advirtió además que las sequías son una consecuencia directa del cambio climático y de la sobreexplotación de los recursos hídricos, lo que estaría contribuyendo a la desertificación también en otras zonas del país.