Entre 1880 y hasta 1920, aproximadamente, circulaban en Santiago y en las principales ciudades del país una serie de pliegos con relatos en décimas sobre distintos temas: la guerra del Pacífico, la caída de Balmaceda y crímenes pasionales se mezclaban con alegatos contra la desigualdad, historias tradicionales y hasta versos de amor.
Poetas como Daniel Meneses, Juan Bautista Peralta, Rosa Araneda e Hipólito Cordero ganaron fama como autores de los versos que eran impresos como “literatura de cordel”, en pliegos que incluían llamativos titulares e ilustraciones en grabado.
De todos los pliegos que alguna vez transitaron las ciudades, se conservaron 1.567 que esta semana fueron declarados como Memoria del Mundo por la Unesco.
Los pliegos de la Lira Popular se encuentran en las colecciones Alamiro Ávila y Rodolfo Lenz, del Archivo de Literatura Oral y Tradiciones Populares de la Biblioteca Nacional; y en la colección Raúl Amunátegui Johnson, del Archivo Central Andrés Bello de la Universidad de Chile. Ambas instituciones habían hecho una postulación conjunta al reconocimiento luego que los archivos ya fueran declarados como Memoria de Latinoamérica y el Caribe en 2010.
Según Soledad Abarca, jefa del Archivo de Literatura Oral y Tradiciones Populares, la decisión de la Unesco significa que la Lira Popular se considera un patrimonio relevante para todo el mundo y permite difundirla a nivel internacional, lo que servirá para generar proyectos en torno de ella.
Además, sostuvo que la poesía popular recogida en los pliegos se encuentra plenamente vigente: “La décima como expresión está muy difundida, mucha de nuestra música tradicional está en décima -como la de Violeta y Roberto Parra y otros- y hoy hay mucha juventud que está interesada en aprender la décima y a improvisarla. Además, todavía hay muchos versos de la tradición que están muy vivos. Uno va al campo a celebraciones religiosas y el canto a lo poeta está muy presente en las generaciones jóvenes. De alguna forma, la Lira marca una historia y una continuidad con estas personas que siguen cultivando la décima, que es esta expresión tan particular”, sostuvo.
En tanto, la directora del Archivo Central Andrés Bello, Alejandra Araya, dijo que el reconocimiento obliga “moralmente” a las instituciones y al país a hacerse cargo de la Lira Popular como patrimonio.
Asimismo, destacó que la Lira Popular usaba estrategias y tocaba temas que se asimilan a las utilizadas por la prensa en el presente: “Acude a una serie de estrategias sumamente contemporáneas, que van desde la forma de titular hasta las imágenes, que es otra de las características de estos pliegos de cordel: hacen una conjunción entre la llamada visual y la llamada temática”, indicó.
“Los titulares son sumamente contemporáneos, por ejemplo, en la crítica política: si la lees ahora, piensas que están hablando de hoy. Es contemporánea porque los temas son contemporáneos o, de otro lugar, los temas estructurales de la sociedad chilena siguen siendo los mismos y no hemos avanzado mucho, pero tiene mucho sentido”, añadió.
La determinación de la Unesco incluyó a la Lira Popular como Memoria del Mundo junto a otras 53 postulaciones, como el archivo del arquitecto Óscar Niemeyer y una colección de manuscritos del Che Guevara, entre otras.