La Fiscalía hondureña confirmó que los restos que aparecieron disgregados el martes corresponden al periodista Aníbal Barrow, quien tenía 58 años al momento de ser secuestrado el 24 de junio pasado.
Las tareas de identificación del cuerpo fuero difíciles, puesto que los restos, desmembrados, se encontraban en estado de descomposición.
“Quienes cultivan la violencia buscan intimidarnos”, aseguró en un comunicado Ramón Custodio, el estatal Comisionado de Derechos Humanos, quien calificó el caso como “un crimen abominable y de excesiva crueldad”.
“Es el primer caso en que (un periodista) es descuartizado, lo que claramente incide en los demás colegas, he hablado con ellos y sienten temor”, afirmó por su parte el presidente del Colegio de Periodistas de Honduras (CPH), Juan Ramón Mairena.
De acuerdo con la oficina estatal Comisionado de Derechos Humanos (Conadeh), con la muerte de Barrow ya suman 36 los periodistas asesinados desde 2003.
Barrow conducía por Televisión Globo el programa matutino “Aníbal y nada más”, al tiempo que se desempeñaba como profesor en la Universidad Nacional, en San Pedro Sula.
Por lo pronto, cuatro sospechosos fueron detenidos y las autoridades buscan al menos a otras cuatro personas que están plenamente identificadas.
Sin embargo, el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras criticó que el Estado “claramente no está en posición de prevenir, ni mucho menos investigar y sancionar con independencia a los criminales”.
Barrow fue secuestrado por dos hombres cuando viajaba en su automóvil por San Pedro Sula, 240 km al norte de la capital. Sus restos fueron hallados a orilla de una laguna en el sector de Siboney, en las cercanías de la ciudad e Villanueva, a unos 20 kilómetros de donde fue raptado.
Los restos de Barrow fueron localizados a orillas de una laguna en el sector de Siboney, en las proximidades de la ciudad de Villanueva, a unos 20 km de donde fue secuestrado por desconocidos cuando viajaba con dos personas más por San Pedro Sula, 240 km al norte de la capital.