“Estar amarrado a la Constitución del ‘80 es estar amarrado al horror, a la noche”, palabras del poeta Raúl Zurita que en cierta medida resumieron el sentir de los exponentes en el acto ‘Por un Plebiscito para una Nueva Constitución’ que se realizó este sábado en el salón de honor de la sede en Santiago del Congreso Nacional.
Se reconoció una “causa ética”, a sabiendas que no habrá un cambio social mayúsculo si no se derroca primero el documento fundacional elaborado en la dictadura bajo la tutela de Jaime Guzmán, fundador de la UDI, el que además ha resistido casi 25 años de transición democrática con tímidos intentos reformistas.
Esto lo explicó el obispo de Aysén, Luis Infanti, y destacó que hay una “conciencia distinta” en el país”, luego de reconocer las desigualdades y la marginación de distintos sectores de la sociedad: “Hay enormes sectores de la sociedad indignados por ser marginados, tanto de sus bienes naturales como de su dignidad y capacidad de tomar decisiones, es un problema ético, que deriva en política, en economía, en todo. El país que tenemos es distinto porque tenemos una conciencia distinta de quienes somos y qué queremos ser”.
El abogado constitucionalista Fernando Atria, señaló que el “piso constitucional” que el 2005 pretendía instalar la reforma del entonces Presidente Ricardo Lagos fracasó, y que por ende persisten las “trampas” fundadas en la Constitución del 80, ante lo que se hace necesaria la acumulación de un movimiento ciudadano.
“La campaña por una Nueva Constitución necesita acumular detrás de ella un movimiento ciudadano que se acreciente, lo suficientemente fuerte para producir el cambio constitucional. No se trata recurrir a la forma legislativa formal, pero sólo tiene sentido en la medida que vaya respaldado por un movimiento social y político que exija Nueva Constitución”, dijo el académico.
La académica de origen mapuche, Elisa Loncon, fue una de las que reconoció la agudización de las movilizaciones de la ciudadanía, las que se juntan a demandas ya tradicionales, como las de los pueblos originarios.
Elisa Loncon indicó que “tenemos que dar un paso adelante por el reconocimiento de la plurinacionalidad del país. En esa vía, el pueblo de Chile movilizado está avanzando en el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas”.
Los exponentes coincidieron que el escenario político-social ha avanzado hacia reivindicaciones tales como la paridad de género, la inclusión social, educación pública, gratuita y de calidad, las libertades individuales y el respeto a las diversidades sexuales y a los pueblos originarios.
Manuel Antonio Garretón agregó que las actuales demandas de cambio constitucional además de apuntar a la ilegitimidad de la Carta Magna, también tienen que ver con los contenidos de ésta, que atentan contra las demandas ciudadanas.
El sociólogo subrayó que “es una mala Constitución, crea un orden social, protege un modelo económico e impide cambiarlo. Es el origen de las desigualdades que trae. Pensar que esa Nueva Constitución, hay que ver cuál es su contenido: el rol del Estado, la autonomía regional y pueblos originarios, la paridad de género y un sistema político proporcional, participativo”.
Todo esto, ocurre en un escenario político que se ha señalado como histórico y determinante, donde las fuerzas oficialistas han mostrado su temor a la idea de la Asamblea Constituyente, manifestado en propuestas como la modificación al sistema binominal que acordaron sectores de RN y la Concertación.
Es por esto que una de las ideas fuerza ha sido la de usar las próximas elecciones parlamentarias como un “referéndum simbólico” a través de iniciativas como “Marca tu Voto” con la sigla AC y representar así la voluntad popular de una nueva Constitución.