Frente a los hechos de violencia cometidos en la Catedral de Santiago, el Consejo del Instituto Nacional de Derechos Humanos en Sesión Ordinaria efectuada el 29 de julio de 2013 acordó la siguiente declaración pública:
El derecho a manifestar en paz es un derecho humano que conjuga tanto el ejercicio de la libertad de expresión como el derecho a reunión y asociación, ambos fundamentales para el desarrollo de toda sociedad democrática. Rechazamos los hechos violentos de que fuera objeto la Catedral de Santiago y llamamos a la ciudadanía, que por distintos motivos se moviliza, a ejercer este derecho de manera pacífica.
La libertad de culto así como la garantía de su ejercicio también se encuentran amparados por la Constitución y los tratados internacionales de derechos humanos. La intolerancia frente a cualquier tipo de expresión religiosa es incompatible con una cultura democrática y respetuosa de dichas libertades. Llamamos a la ciudadanía a rechazar todo acto de intolerancia y a respetar las diversas expresiones culturales y religiosas de nuestra sociedad.
En toda manifestación pública se produce algún grado de afectación a aquellos que no hacen parte de la misma. La interrupción u obstaculización del tránsito o la libre circulación, los ruidos o la imposibilidad de acceder a ciertos lugares son algunas de estas dificultades que la autoridad competente tiene la obligación de prever y encauzar, otorgando alternativas que permitan el desarrollo pacífico de dichas expresiones a la vez que el resguardo al orden público. Las autoridades competentes deben buscar los mayores grados de coordinación con quienes convocan a dichas manifestaciones y acordar con suficiente antelación el lugar y recorridos a desarrollar, de manera de hacer plenamente compatibles las tareas de mantención del orden público con la garantía y respeto a los derechos humanos.