En Chile hay 54 empresas salmonícolas, y las ocho más grandes de ellas han adherido ahora a la Iniciativa Global del Salmón, una entidad de alcance mundial que promueve el consumo de salmón.
El anuncio llega en un contexto de nueva expansión de esta industria. En Chile se cultivan salmones desde el año 1990. La mayor expansión se registró el año 2008, con 800 mil toneladas, justo antes de la crisis del virus ISA, que significó el despido de 26 mil trabajadores. Este año, el sector va a superar su récord de producción, después de la aplicación de subsidios fiscales y la autorización de 800 nuevas concesiones acuícolas en Aysén, aunque el sector tiene una deuda de dos mil millones de dólares con bancos acreedores.
La organización no gubernamental Ecocéanos, que realiza seguimiento a la industria del salmón, dice a través de su director, Juan Carlos Cárdenas, que la creación de esta coordinadora tiene un objetivo político preocupante para la ciudadanía: “La conformación del G15 salmonicultor es una señal de debilidad, expresa una actitud defensiva para enfrentar el rechazo de los ciudadanos, pescadores artesanales, que se da a nivel global. En segundo lugar, se coordina para enfrentar problemas sanitarios y financieros, y en tercer lugar busca arrastrar en este blindaje a los gobiernos locales y la FAO para respaldo político y subsidios públicos”.
Por su parte, la Confederación de Trabajadores del Salmón (Conatrasan), que agrupa a 4 mil trabajadores de 20 sindicatos en la región de Los Lagos, opinó mediante su presidenta, Rosa Bahamondes, que la creación de este organismo transnacional sólo busca consolidar ilegalidades, malas prácticas e influencia sobre autoridades políticas.
La dirigente indicó que el objetivo de este proyecto es “para que las autoridades no fiscalicen, coludirse entre ellos y esconder cosas que ellos descubren, como el virus ISA. Quieren pagar el sueldo mínimo, pagar patentes bajísimas, contaminando el suelo marino, y se han enriquecido, pero el Gobierno ha permitido todo este tema”.
Cabe recordar que, en julio, la Agencia Federal de Medicamentos (FDA) de Estados Unidos devolvió cargamentos de salmones producidos en Chile por la empresa Marine Harvest, luego de determinar que contendrían “cristal violeta”, un compuesto usado en la industrial textil para teñir en tonalidades del color púrpura y también para dar tonos de violeta oscuro, y que en el caso de la industria chilena del salmón se utilizaría, en combinación con otros compuestos, para dar el color que caracteriza a ese pescado. Esta versión fue desmentida por Sernapesca.
Además un informe técnico de la fundación Parque Pumalín, basado sobre datos del Sernapesca, evidenció que se comercializan filetes de salmón con enfermedades como el Síndrome Rickettsial, el “piojo del salmón” y con dosis de antibióticos que superan en 36 mil veces al estándar internacional.
Las empresas acuícolas que ahora completan el nuevo “G 15 salmonero” son Acuinova Chile, Blumar Seafoods, AquaChile, Camanchaca, Los Fiordos, Multiexport Foods, Cermaq y Marine Harvest. Ellas se suman a Bakkafrost, Grieg Seafood, Leroy, Norway Royal Salmon, Salmar, Scottish Sea Farms y The Scottish Salmon Company. Juntas concentran al 70% del mercado mundial de producción de salmones y truchas.
Los países productores de salmones de centros de cultivo son: Estados Unidos, Canadá, Escocia, Isla Faro, Irlanda y, particularmente Noruega, (1°) y Chile (2°).