En lo que supone un drástico giro en algunas de las políticas de Estado más cuestionadas del régimen chino, Pekín hizo saber este viernes a través de la agencia oficial Xinhua que flexibilizará la política de control de la natalidad o del hijo único lanzada en 1979.
Los matrimonios en los que uno de los miembros es hijo único estarán autorizados a tener dos hijos, afirmó la agencia estatal, que menciona una “reforma muy importante”, anunciada días después de una reunión del Partido Comunista Chino (PCC).
Hasta ahora, existía la excepción para parejas cuyos miembros eran hijos únicos. De acuerdo con la agencia Xinhua, “la política de la natalidad se ajustará y mejorará progresivamente para promover el crecimiento equilibrado a largo plazo de la población de China”.
Otros de los llamativos anuncios de este viernes es que China se propone reducir la aplicación de la pena de muerte, a través de una reducción “por etapas” de los delitos sancionados con la pena capital.
En el marco de las reformas, se espera también la abolición del sistema de “reeducación a través del trabajo” que permite enviar a personas a campos por simple decisión policial.
Según un informe de la ONU publicado en 2009, alrededor de 190.000 personas estaban detenidas en este tipo de campos en China.
Este mecanismo es denunciado por permitir abusos, sobre todo a las autoridades locales que quieren acallar a sus detractores, a los internautas que las critican o a aquellos que ejercen el “derecho de petición”, es decir, la posibilidad de denunciar los abusos ante los niveles superiores de la administración.
El conjunto de medidas “forma parte de los esfuerzos por mejorar los derechos humanos y las prácticas judiciales”, indica la agencia china.