Los venezolanos concurrirán a las urnas para redefinir el futuro de las 335 alcaldías. De ellas hoy 265 están en manos del Gobierno y sólo 70 son administradas por la oposición. ¿Se mantendrá esta tendencia después de los comicios del próximo domingo? La situación es compleja cuando ambos sectores ven de formas completamente distintas el proceso electoral.
La derecha lo entiende como un verdadero “plebiscito nacional”, es decir, un sí o un no por los ocho meses del gobierno de Maduro. Se la juegan porque estas elecciones locales tengan un carácter más global, lo que proyectan a través de sus medios de comunicación, buscando “arrinconar” al Gobierno, enrostrándole que si no obtiene los votos necesarios, trabajarán por un referéndum revocatorio para el 2016, atribución que permite su Carta Fundamental para censurar a cualquier dirigente de un cargo de elección popular.
Por otro lado el Gobierno dice que lo que se está midiendo es la ejecución del trabajo de los gobiernos locales, donde figuras del chavismo están postulando para hacerse cargo de esos municipios. En caso de obtener los votos necesarios, se buscaría mostrar que la oposición es sesgada y que no tiene condiciones para gobernar.
Sobre este escenario se refirió el ex vicecanciller venezolano y actual embajador de Venezuela en nuestro país, Arévalo Méndez, quien apunta que “la oposición busca un triunfo, que sea muy holgado, pero las encuestas dicen otra cosa. La oposición tiene alcaldías importantes como la metropolitana de Caracas, el municipio de Sucre, aledaño a Caracas, y Maracaibo, la con más electores de Venezuela”.
Y efectivamente, la contienda más fuerte se viviría en Maracaibo, donde el Polo Patriótico, que agrupa al chavismo, estaría disputando el municipio a la Mesa de Unidad Democrática, que es la principal organización opositora del país. Además, se verían tensiones importantes en otros sectores como el Municipio Central de Caracas, en Sucre, Libertador y Valencia.
Esto en un momento económico muy complicado, donde el Gobierno habla de “boicot” y “guerra económica” y ha tomado una serie de medidas para hacerle frente a lo que consideran influencia de los Estados Unidos en su país. Dentro de estas acciones está la Ley Habilitante, que permite al presidente actuar con plenos poderes.
Pese a la escasez y la inflación, la caída del precio del petróleo que dejó la muerte de Chávez no ha sido estable, por lo que Venezuela seguiría manteniendo su influencia en el continente.
Así lo indicó el analista internacional, Pablo Jofé, quien realizó una panorámica general de estos comicios: “Estamos hablando que las elecciones servirán como un termómetro, casi un análisis FODA político (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas). Servirá para tomar un balance del primer año de gobierno de Maduro, un presidente con debilidades. Maduro no es Chávez, y está poco a poco tomando el pulso de la nación, que tiene a su vez un poderío regional enorme”.
Recordemos que Nicolás Maduro triunfó sobre Henrique Capriles el pasado 14 de abril con un 1,5 por ciento de ventaja y que el estado de ánimo del pueblo venezolano se ha visto fuertemente tensionado. En ese sentido, ambos entrevistados indicaron que estas elecciones son un momento de prueba para que la nación petrolera demuestre un repunte, plasmando con solidez su cultura política en las urnas y permitiéndole a las localidades también enfrentar los desafíos que este periodo trae para Venezuela en lo económico y social.