Corea del Sur responde a China por límites aéreos y crece conflicto por islas Senkaku-Diaoyu

Corea del Sur decidió cambiar su zona de Defensa de Identificación Aérea, en respuesta al mismo gesto realizado por China a fines de noviembre. Un nuevo movimiento que agita la relación entre ambos países, además de Japón y Taiwán, que exigen soberanía sobre las islas Senkaku-Diaoyu. Los analistas destacan que esta tensión permitirá a China hacer valer su condición de potencia, lo que también ha supuesto el involucramiento de Estados Unidos.

Corea del Sur decidió cambiar su zona de Defensa de Identificación Aérea, en respuesta al mismo gesto realizado por China a fines de noviembre. Un nuevo movimiento que agita la relación entre ambos países, además de Japón y Taiwán, que exigen soberanía sobre las islas Senkaku-Diaoyu. Los analistas destacan que esta tensión permitirá a China hacer valer su condición de potencia, lo que también ha supuesto el involucramiento de Estados Unidos.

Luego de que China decidiera ampliar su zona de Defensa de Identificación Aérea (ADIZ), Corea del Sur tomó una determinación similar, superponiendo sus límites marinos a lo declarado desde Pekín y fijando un control de tránsito en el que choca la soberanía de ambos países.

Esto toma relevancia al observar que China delimita para sí las islas Senkaku-Diaoyu, archipiélago con importantes reservas de petróleo y gas, transformándose en una apetecible zona que también disputan Japón, Taiwán y Corea del Sur.

Un conflicto multilateral que despierta ante los movimientos militares de China, país que busca imponer una actitud dominante en la región, al configurarse un escenario económico que la perfila ante la debilidad de Europa y Estados Unidos.

El doctor en Ciencia Política, Mladen Yopo, enumera distintos gestos similares del gigante asiático, quien señala que esta tensión se interpreta como una medición de fuerza: “Tenía disputas con Rusia y las resolvió, tiene disputas con la India que no están resueltas. Se instala la consolidación del Estado Soberano, de recuperar sus posesiones tanto marítimas como territoriales. La ONU emite un informe donde devela importantes reservas de gas y petróleo. Y en otro aspecto, la economía internacional se ha corrido del Atlántico al Pacífico, pero ni Japón ni China están dispuestos a asumir un conflicto de mayor envergadura”.

Por su parte, el analista internacional Pablo Jofré, destaca que China ha evolucionado en su relación con el mundo comercial, transformando el protagonismo del Asia-Pacífico. En ello, juega un importante rol la imagen que plantea esta potencia oriental ante el dominio de Estados Unidos.

Jofré señala que esto “tiene que ver con una China dispuesta a salir de las fronteras de Asia, expandirse al Pacífico con un poderío económico que fija nuevas formas de relación. Eso entra en conflicto con Estados Unidos, que alrededor de China tiene una serie de bases militares que son una amenaza: Singapur, Japón, Corea del Sur, Filipinas, y posesiones como Carolina o Palau, que dan zona exclusiva, presencia militar, y le permiten contender con China en ese territorio”.

Tanto Corea del Sur como China han provocado esta discusión al mover tropas marinas y traspasar los límites fijados en las nuevas zonas exclusivas, sin que haya hasta el momento una respuesta militar que vaya más allá de las escaramuzas.

Ante ello, Fernando Reyes Matta, ex embajador y director del Director del Centro de Estudios Latinoamericanos sobre China, destaca que la diplomacia permite una salida que también otorga a China un nuevo rol mundial: “Esto va a derivar en conflicto bélico, lo que hay son muestras de poderío y advertencia, pero que deriva en mesa de negociación que fija cierta convivencia, pero del cual emerge China con muestras de poder más fuerte que tuvo en el pasado, en relación con su papel en el sudeste asiático”.

El primer ministro japonés, Shinzo Abe, declaró que ve esta espiral con “máxima preocupación”. Detrás de este país, ya se concretó la intervención política del gobierno de Barack Obama, que reivindicó la alianza histórica Estados Unidos-Japón y culpó a China del conflicto. Entonces, más que una disputa por las islas, se trata de una por la hegemonía mundial.





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