Luego de un proceso de análisis con equipos técnicos del INE, su director, Juan Eduardo Coeymans, informó que la propuesta de esa entidad es no realizar un nuevo censo hasta 2020 dado que los datos del censo de vivienda tienen un muy bajo margen de error, mientras que en el caso del censo de población existen los instrumentos estadísticos para hacer las correcciones necesarias.

Según Coeymans, los principales errores la encuesta de 2012 se dieron en la presentación de los datos, puesto que los niveles de omisión son bajos, como señaló la comisión internacional de expertos.

El director del INE aseveró que los datos logrados aportan a la implementación de una serie de políticas públicas, por lo cual no pueden ser desechados.

“El INE no realizará el proceso denominado ajuste de vivienda o estimación de viviendas no logradas con imputación de su población, que fue publicada en la primera edición de los resultados del Censo y que detonó gran parte del problema, sí considerará estimación de población en las viviendas con moradores ausentes, como corresponde en los Censos de derecho”, confirmó Coeymans.

El INE sólo realizará el proceso de conciliación censal, mediante el cual se determina la cifra de personas que habitan en el país, el que corresponde trabajar con el departamento de demografía de dicho instituto, el mismo que por medio de una declaración cuestionó el actual censo, llamando a efectuar uno nuevo.

En esa línea, el director del INE tensionó una serie de innovaciones metodológicas para próximos procesos, agregando que un nuevo censo requeriría de cuatro años de planificación y preparación, para poder implementarlo al quinto año.

Coeymans recomendó el año 2020 como nueva fecha para esta gran encuesta, ateniéndose a las sugerencias de la ONU.

“A juicio del INE, resulta conveniente evaluar llevar a cabo el levantamiento del próximo Censo de población y vivienda en el año 2020. Serán las autoridades políticas quienes determinarán cuando querrán hacer el Censo, si el 2018 o 2020”, agregó el director del Instituto.

Para el diputado PPD, Ramón Farías, quien participó de la comisión investigadora, el planteamiento de su director es irresponsable.

“Me parece muy sospechoso que lo haga el día 23 de diciembre, a un día de la navidad, cuando todo Chile está pendiente del Viejo Pascuero, y no de este mal regalo de navidad que nos quiere hacer el señor Coeymans, con el ministro de Hacienda y el presidente Piñera. Es un pésimo regalo de navidad, porque nosotros hemos llegado al convencimiento y -de acuerdo a todos los informes que hemos recibido-, que efectivamente el Censo hay que volver a hacerlo, que los datos no sirven para un Censo abreviado, que ya no es posible hacerlo tampoco y que hay que programar un nuevo Censo. Me parece una irresponsabilidad espantosa (las palabras del director del INE)”, expuso Farías.

Una visión contrapuesta presentó el parlamentario de RN, José Manuel Edwards, quien consideró irresponsable la promesa de Michelle Bachelet de efectuar un Censo abreviado en 2015, idea calificada de inaplicable e innecesaria por las autoridades actuales del INE.

“Creo que Michelle Bachelet se apresuró en dar su apreciación sobre el Censo y manifestar que lo iba a ser de nuevo. Se apresuró porque no escuchó a los expertos internacionales que dieron una visión completamente distinta en esta materia, la decisión de tomar o no una muestra para hacer el Censo, por lo tanto, Michelle Bachelet va a tener que analizar con mucho cuidado lo que realiza, y si vuelve a resultar un Censo, corre un riesgo muy grande de que el nuevo Censo abreviado, que ella realice, no tenga la preparación adecuada”, argumentó el RN.

La propuesta del INE de no realizar un nuevo censo hasta 2020 constituye sólo una recomendación no vinculante, porque esta entidad no es autónoma y no cuenta con presupuesto ni patrimonio propio para tomar ese tipo de decisiones.

Además, el cargo de director del INE es de confianza del primer mandatario.