Comunidad universitaria solidariza con proyecto educativo de la Escuela República Dominicana


El desalojo de la Escuela República Dominicana el pasado miércoles 18 de diciembre a las 5 de la madrugada, ha puesto nuevamente en la discusión pública nacional una de las aristas más complejas de los problemas que atraviesa la educación pública en Chile.

Cada año se cierra un número importante de establecimientos escolares dependientes de los municipios: entre 1990 y 2012 se cerraron 750 colegios públicos municipales y sólo en 2013 se clausuraron 42. De acuerdo a la legislación vigente, los alcaldes tienen en sus manos la posibilidad de decidir sobre el cierre o reapertura de los colegios bajo su administración.

A finales del 2012, el alcalde de La Florida determinó de manera arbitraria y sorpresiva para la comunidad escolar el cierre de la Escuela República Dominicana, quedando un número de niños y niñas, principalmente provenientes de la Villa O’Higgins, sin posibilidades de continuar sus estudios en el establecimiento de su preferencia, forzándolos a buscar otras alternativas donde no siempre fueron recibidos.

Si bien Rodolfo Carter, alcalde del municipio en cuestión, argumentó para acometer el cierre una abrupta baja de matrículas, lo cierto es que este acontecimiento responde a un procedimiento mucho más extensivo y transversal de debilitamiento de la educación pública.

En ese contexto, la ocupación de la Escuela República Dominicana por un grupo de madres, padres y apoderados fue realizada no sólo en respuesta a la decisión autoritaria del cierre de la Escuela por parte del alcalde del Municipio de La Florida, sino como una acción de legítima defensa del derecho a la educación de los niños, niñas y jóvenes del sector.

A comienzos de abril de este año, un grupo de madres y apoderadas de la Escuela concurrieron al Departamento de Estudios Pedagógicos (DEP) de la Facultad de Filosofía y Humanidades para que este se hiciera cargo del apoyo técnico pedagógico de la educación de sus hijos. Reconociendo la misión histórica de la Universidad de Chile, el destacado rol que ha desplegado esta en estos últimos años en la defensa de la educación pública y su deber en el desarrollo de la educación y la formación docente, estudiantes y académicos de diversas unidades académicas, entre ellas, el DEP, el Departamento de Educación y el Departamento de Psicología de la Facultad de Ciencias Sociales, así como profesores jóvenes y jubilados y estudiantes de pedagogía de otras Universidades (como la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación y Universidad ARCIS), asumieron el desafío de un trabajo mancomunado haciendo posible el desarrollo de una experiencia altamente enriquecedora para los proyectos educativos tanto de la Escuela como de las Universidades involucradas.

Cabe relevar que lo realizado por distintas unidades académicas en este proyecto no es nuevo en esta Universidad. En distintos momentos de la historia la Universidad de Chile se vinculó al mundo popular y de los trabajadores: lo hizo en 1918 impulsada por la FECH a través de la Universidad Popular José Victorino Lastarria, y en la década de 1960 y 1970 desde el Instituto Pedagógico a través de interesantes proyectos pedagógico-experimentales en escuelas de sectores populares de Santiago, a partir de las cuales, surgieron importantes innovaciones y aportes en el progreso de la educación pública en Chile.

Durante este año, por 11 meses se constituyó una comunidad educativa que fue capaz de proyectar y sostener en el tiempo una experiencia de autogestión en el área educativa elaborando en conjunto lo que hoy es el proyecto educativo Liceo Polivalente Comunitario República Dominicana de La Florida. Esta acción se inscribe en un proceso mayor de reconstrucción de una ciudadanía que desde el año 2006, y con más claridad desde 2011, exige la transformación del injusto y segregador sistema de educación pública vigente en nuestro país desde hace al menos cuatro décadas.

La comunidad universitaria que suscribe declara su voluntad de defender el legítimo derecho a la educación así como reconoce la necesidad de una activa participación de las comunidades en la construcción de proyectos educativos estrechamente vinculados con sus demandas, contextos y memorias.

Llamamos a los académicos, estudiantes, funcionarios y autoridades de la Universidad de Chile a pronunciarse por un ALTO AL CIERRE de los establecimientos públicos municipales y a solidarizar con la comunidad educativa Escuela Comunitaria República Dominicana.

Invitamos a la comunidad de la Universidad de Chile a adherir a esta declaración. Para hacerlo, escribir a apoyoecrd@gmail.com hasta el 03 de enero, fecha en que se socializará el listado definitivo de adherentes.





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