El Hospital Clínico de la Universidad de Chile José Joaquín Aguirre es una de las instituciones de salud más antiguas y prestigiadas del país, que entró en funcionamiento en 1952. Hoy, sus autoridades reconocen una crisis de financiamiento, por lo que el Consejo Universitario propone una operación llamada leaseback para sortear estos problemas.
El leaseback es una operación financiera para vender una propiedad sin perder uso de ésta, con derecho de arriendo y compromiso de compraventa incluido. Esto se usa para obtener liquidez y solventar otro tipo de deudas. Sin embargo, el mecanismo fue inmediatamente catalogado como una medida profundamente inoportuna y que además apunta a una privatización indirecta.
Raúl Morales, senador universitario y presidente de la comisión Hospital de este espacio triestamental, aseguró que esta enajenación no es correcta, pese a la alta deuda de 44 mil millones que arrastra el establecimiento y el nulo aporte del Estado a un recinto sanitario de carácter estatal. El académico confía en que sea justamente el Senado Universitario el organismo que desestime esta idea.
“Yo pienso que el Senado no va a permitir que se vaya en esta dirección, puesto que es un remedio peor que la enfermedad. Viene a resolver algo en el corto plazo pero que no resuelve la realidad futura en el hospital. Ha abierto una polémica importante en la universidad que tiene que proyectarse hacia el resto del país”, explicó. La idea fue aprobada por el Consejo Universitario, que está compuesto por el rector, Víctor Pérez, la prorrectora, Rosa Devés y todos los decanos, además de un representante de la Presidencia de la República.
Estudiantes, trabajadores y académicos manifestaron la necesidad de que se instale un amplio debate al interior de la Universidad antes de tomar cualquier resolución.
Cristina Tapia, presidenta de la Federación Nacional de Funcionarios de la Universidad (FENAFUCH), dijo que no corresponde que los trabajadores “paguen los platos rotos”. “Nuestro planteamiento siempre ha sido de defensa del Hospital Clínico, que siga perteneciendo a la Universidad de Chile como un hospital estatal y que los funcionarios no pierdan su condición de empleados públicos. Nosotros sabemos que se trata de una crisis complicada, pero parte importante de la situación actual hay que imputárselas a las malas gestiones administrativas y no puede ser que los funcionarios paguen los platos rotos”, afirmó.
La decana de la Facultad de Medicina, Cecilia Sepúlveda, manifestó que se deben buscar opciones al leaseback, buscar soluciones a largo plazo y pensar en una nueva orgánica para el llamado “JJ Aguirre”, considerando que éste depende hace años de la rectoría. “Tiene que haber un plan de desarrollo del Hospital, también una mirada académica de lo que acá ocurre. Hace casi 30 años que este centro asistencial depende directamente de Rectoría y lo que estamos viendo es que este modelo de gestión no ha dado resultado. En lo que tenemos que hacer hacia adelante, está también el poder establecer una mirada académica, un plan de desarrollo que involucre a la Facultad de Medicina”, consignó la autoridad.
Este viernes, distintas organizaciones universitarias y relacionadas al establecimiento sanitario realizaron una manifestación en el frontis del hospital, en la que también participaron dirigentes sindicales y autoridades municipales, reclamando que “el Estado se haga cargo de la Universidad de Chile y su hospital a través de un proyecto de desarrollo viable, que le permita ampliar su función social a través de su reincorporación a la red pública”.
La situación del Hospital ya fue tratada ampliamente por el Senado universitario y el próximo jueves 2 de enero esta entidad se propone continuar el tema y, en definitiva, resolver si aprueba o rechaza la iniciativa de convenir un leaseback para enfrentar la cuantiosa deuda de este centro clínico.