El sondeo que realiza el Banco Central al sector privado situó al Producto Interno Bruto en 3,8 por ciento promedio, debido a la desaceleración por la que atraviesa la economía chilena.
El pronóstico es lejano al 4,9 por ciento proyectado por el Ministerio de Hacienda y del 4,5 estimado por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, argumentó la diferencia de las cifras en que la cartera realiza proyecciones sólo dos veces al año, en junio y en septiembre.
“Esta proyección fue hecha en septiembre del año pasado, con otra realidad que la que tenemos hoy, porque nosotros no actualizamos las proyecciones”, explicó el ministro.
Además, recordó que “las proyecciones en ese momento, tanto del Banco Central como del Fondo Monetario Internacional eran de 4,5 por ciento, pues nosotros veíamos que la economía mundial iba a andar mejor el año 2014, con la recuperación de la recesión europea y también la recuperación de Estados Unidos que está creciendo”.
Larraín invitó a preocuparse por estimular la inversión, puesto que a su juicio, detrás de toda desaceleración económica estaría la inversión, por lo que, según él, deben fomentarse la entrega de oportunidades, empleos y buenos salarios.
Por otra parte, el académico de la Universidad de Santiago Víctor Salas, aseguró que el Gobierno pudo haber previsto la desaceleración, ya que el último trimestre de 2013 influyó fuertemente en que las expectativas del PIB fuesen menores al cuatro por ciento.
“Este proceso de desaceleración de la economía chilena se venía anticipando y había expectativa de que ocurriera desde el año 2012, de tal manera que durante todo el 2013 estuvimos esperando que la economía fuera ajustándose y eso básicamente por el aumento del gasto público”, manifestó el economista.
En ese contexto, el académico aseveró que “el propio ministro de Hacienda reconoce que no hicieron los esfuerzos básicos para terminar con un déficit estructural cercano a cero y más bien terminaron con un déficit cercano a uno por ciento”.
Salas advirtió que el Banco Central debería seguir bajando la tasa de política monetaria para tener más liquidez en la economía, y motivar un aumento en la toma de créditos o en las decisiones de inversión de los agentes económicos.
En cuanto a la política fiscal, el propio economista señaló que dependerá tanto del gasto como de los incentivos que el Estado pueda dar para motivar las decisiones de los agentes productivos.
Finalmente, Salas proyectó que independiente de las medidas precedentes, los indicadores se recuperarían en un número cercano al cuatro por ciento.