Expertos destacan que prohibición de transgénicos en Francia se expandirá a la región

Ante la proximidad de la temporada de siembra, que comienza la segunda quincena de marzo, el gobierno francés prohibió el cultivo del maíz transgénico MON 810 y su comercialización hasta que se adopte “una decisión definitiva”. Con esto, Francia se mantiene en la línea para que Europa impida el uso de estas semillas. La medida tiene un fuerte impacto para la empresa, pero también para América Latina y Chile.

Ante la proximidad de la temporada de siembra, que comienza la segunda quincena de marzo, el gobierno francés prohibió el cultivo del maíz transgénico MON 810 y su comercialización hasta que se adopte “una decisión definitiva”. Con esto, Francia se mantiene en la línea para que Europa impida el uso de estas semillas. La medida tiene un fuerte impacto para la empresa, pero también para América Latina y Chile.

El próximo diez de abril el Parlamento francés discutirá el proyecto de ley que zanjará de forma definitiva si se puede sembrar en ese país el maíz MON 810. Mientras, el gobierno ha invocado el “principio de precaución”, por lo que el Ministerio del Agricultura consideró que era urgente hacer la prohibición vía decreto.

Según el texto, recientes investigaciones internacionales afirman que el cultivo de estas semillas presentaría graves riesgos para el medio ambiente, así como la propagación de organismos dañinos para el ser humano, convertidos en resistentes.

La complejidad de esta situación se explica en que esta variedad es la única permitida para el cultivo en la Unión Europea, aunque cada país puede decidir unilateralmente su prohibición. Lucía Sepúlveda, especialista en el tema e integrante de la campaña “Yo no quiero transgénicos en Chile”, explicó esta discrepancia entre Francia y el organismo multinacional.

“Hay una suerte de pugna en ocasiones entre la Comisión Europea, que adopta ciertas decisiones en representación de la Unión Europea, y los gobiernos específicos de cada país, porque en ellos está representada obviamente la opinión pública, la que en Francia es absolutamente contraria a los alimentos transgénicos. La Comisión Europea está integrada por personas que muchas veces están ligadas a la industria y se han denunciado conflictos de interés varias veces”, detalló.

La especialista lo catalogó de “ejemplar” y afirmó que se privilegia la conservación del medioambiente y la salud de las personas.

Francia ha prohibido varias veces el maíz transgénico, pero no es el único país. Hay otras ocho naciones de Europa que tienen moratorias contra algún cultivo de este tipo. De hecho, en el continente este mercado ya es mínimo, salvo en España y Portugal.

Es así como la empresa multinacional Monsanto está en retirada en el viejo continente. Hace poco dejaron Alemania y decidieron desplazarse a África y América Latina.

El biólogo Iván Santandreu, cofundador de la organización Chile Sin Transgénicos, señaló que en la cadena de un mundo globalizado “estas decisiones nos perjudican directamente. Esto hace que pongan sus fichas en otras partes del mundo”, afirmó.

Como parte del giro de Monsanto, también ha cambiado su política. Ahora busca abrirse a la comunidad y “llevar la ciencia a la gente”, instalando el debate sobre la utilización de alimentos transgénicos. En Chile, el debate sigue abierto.

Si bien se anunció el retiro del Congreso del proyecto de ley sobre el Convenio UPOV 91 y obtentores vegetales, conocido como “Ley Monsanto”, aún está presente la iniciativa sobre transgénicos.

Al respecto, el senador de la UDI Hernán Larraín señaló que “esto es un debate internacional, incluso en Chile la comunidad científica está dividida y por esa discusión es que el proyecto de transgénicos está paralizado hace muchos años”, y añadió que se debe estudiar bien y mientras no exista una claridad científica va a ser difícil avanzar.

El tema de los transgénicos no es prioritario para el actual gobierno dentro de su política agraria, pero sin duda que es una de las inquietudes de la industria.

En ese sentido y ante posibles presiones que podrían surgir, los ambientalistas apuntaron a la necesidad de observar ejemplos más cercanos, como en Perú y Ecuador, donde tienen moratorias sobre el cultivo de semillas transgénicas, o en Brasil, donde el pasado fin de semana los tribunales de justicia anularon el permiso de comercialización del maíz transgénico de la empresa Bayer.





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