“Gabriel García Márquez es un verdadero clásico, como lo es Pablo Neruda”, sentenció en entrevista con la tercera edición de Radioanalisis, Grínor Rojo, en relación al fallecimiento del escritor colombiano a los 87 años.

El académico de la Facultad de Literatura y Humanidades de la Universidad de Chile sostuvo que “la literatura se divide entre los libros que uno tira y otros que uno guarda. Y los de García Márquez son los últimos”.

Por lo mismo, se manifestó contrario a caracterizarlo sólo por el realismo mágico, pues dijo que “es una etiqueta que no lo agranda sino que lo achica”, sobre todo por la intense vida política que tuvo a lo largo de sus años.

“El realismo mágico me parece una deformación, porque la literatura de García Márquez es profundamente social, no en el modo del realismo antiguo como Doña Bárbara, sino que es otra manera de abordar lo social. Él se hace cargo de la vanguardia. Lo político se hace presente en su literatura”, explicó. Y agregó que por esa razón “no creó una brecha entre el periodismo y la literatura, sino que la hizo fluir visiblemente en su prosa y en los temas en los que trabajó”.

El crítico literario y ensayista solicitó a los chilenos “sentir a este colombiano”, pues tuvo una relación estrecha con Pablo Neruda. Y porque durante “el golpe de Estado cuando muchos intelectuales tuvieron que salir del país, él tuvo las manos abiertas, especialmente con los cineastas, como Miguel Littin de quien escribió un libro, además de prometer que no volvería a escribir mientras no se fuera Pinochet”.

Con Cuba ocurrió algo similar, detalló Rojo. “Cuando en los años ‘70 se produce la crisis y los artistas de la isla le quitan el apoyo a la Revolución, él la mantuvo”.

Por último, señaló que el escritor de “El coronel no tiene quien le escriba” produjo la mejor novela del siglo XX, llamada “Cien años de soledad”, que “es muy legible y popular, y esa es una maravilla que no es frecuente, pues es de una extraordinaria profundidad y al mismo tiempo accesible. Y la gente lo goza”, exclamó.