Luis Riveros ha sido protagonista del debate republicano en las últimas décadas, tanto como principal autoridad de la Universidad de Chile, entre 1998 y 2006, como por su lugar al interior de la masonería en el país.
Riveros es hoy el mayor referente de la institución que tiene como misión promover el humanismo laico desde hace más de 150 años, cuya comunidad agrupa actualmente en Chile a alrededor de 13 mil miembros.
Durante la conversación con Juan Pablo Cárdenas, el economista explicó que en la masonería hay personas de todos los sectores políticos y religiosos, referencias de ellos son Bernardo O´Higgins y Salvador Allende.
La visión externa a la Gran Logia es de un selectivo hermetismo, característica que Riveros explica por la persecución de sus adherentes durante la dictadura de Francisco Franco en España y por su pasado en Chile.
Riveros aseguró que han dados pasos importantes el último tiempo que actualizan la institución, como abrir un camino para las mujeres y constituir una logia con aquellos parlamentarios de distinta sensibilidad política para llevar adelante las posiciones masonas en el Congreso.
Son varios los temas que interesan respecto de la contingencia política nacional. Uno de ellos es la Reforma Constitucional, tema en el que Luis Riveros propone una salida intermedia entre su construcción social y la vía institucional.
“Es muy importante la participación y la opinión ciudadana. Es importante al final del camino plebiscitar. En la elaboración me parece importante la idea de una Asamblea Constituyente, aunque estas conclusiones vayan al Congreso, y que sea el Parlamento el que tome los caminos concretos de cambios a la Constitución”, señaló.
En esta discusión, el ex Rector lamenta que la discusión se desvíe hacia la reforma electoral y se postergue el diseño de una nueva carta política. Enfatiza que falta liderazgo político para llevar adelante el debate, al igual que en educación, donde aseguró que falta priorizar la infinidad de temas vinculados a esta reforma.
“Hay tareas que pueden ser desempeñadas por instituciones privadas, pero lo público es lo estatal”, indica Riveros.
A partir de ellos, aseguró que el reto de la Universidad de Chile es repensar sus tareas en función de su responsabilidad con lo público: “No se trata de que el Estado ponga el 50% del presupuesto y seguimos vendiendo servicios por todas partes, es tener lo que tenemos ahora más 50%. Lo que quiero es que la Universidad de Chile produzca profesionales distintos a los del sector privado, producto de su orientación, preocupaciones y su vocación”.
“La Universidad requiere autonomía, pero también necesita lineamientos”, afirmó Riveros para argumentar que el Estado debiera “meterse un poco más” en el funcionamiento de la Universidad de Chile.
También, aseguró que la Universidad de Chile debiera retornar al sistema centralizado y no fragmentado que tuvo antes de la dictadura, y señala que “debe haber una sola Universidad de Chile, con unidades y sedes regionales, que tengan estándares comunes”.