Es una oleada de vientos huracanados la que por estos días afecta a Estados Unidos. Los estados de Arkansas, Iowa y Oklahoma fueron azolados y los meteorólogos extendieron las alertas a otras regiones como Luisiana, Misisipi, Texas y Tennessee, así como Valle del Río Ohio, Illinois, Indiana y Kentucky.
En los últimos años se registra una importante alza de este tipo de fenómenos en la región. Entre las explicaciones, existe una tesis que los vincula directamente con el cambio climático, donde se identifica el derretimiento ártico como una de las principales causas.
Si bien solo suele destacarse el aumento del nivel de las aguas y la posible extinción de especies que habitan el ártico –donde el oso polar ha sido el principal símbolo del daño–, existen otros efectos, como la incidencia en catástrofes naturales.
Así lo afirmó Maisa Rojas, integrante del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC), quien explicó que “también se elaboran informes sobre temas más específicos. El año 2012 se publicó uno sobre eventos extremos y desastres. Efectivamente en algunos casos existe una correlación, lo que depende del indicador y de qué parte del planeta se analice y qué tanto se han intensificado aquellos eventos extremos asociados a desastres”.
Como integrante del Centro del Clima y la Resiliencia de la Universidad de Chile, sostuvo que existen diversas consecuencias del derretimiento, las que aún están siendo investigadas. Esto, considerando que hasta ahora se registra un alza de la temperatura global de un 0,8 por ciento, lo que de seguir aumentando podría llegar a los cuatro grados a finales de este siglo.
Por su parte, Mauro Fernández, coordinador de la Campaña de Clima y Energía de Greenpeace Argentina, Chile y Colombia, afirmó que en Sudamérica esto se traduce en el derretimiento de los hielos y glaciares, los que se encuentran en un limbo respecto de la protección legal en diferentes países, además de los efectos negativos en las corrientes de los ríos y la migración de las precipitaciones.
Según el análisis del ecologista, estas situaciones se expresan a través de tornados y huracanes, particularmente en Norteamérica, dando paso a importantes tragedias humanas, lo que se suma a las de carácter ambiental.
“No hay posibilidades de que el ser humano u otras especies queden fuera de esta lógica. Que aumente la temperatura dos o cuatro grados en comparación con la era preindustrial no es una cuestión que miraremos desde afuera, sino que vamos a sufrir los impactos directos de esta modificación del clima”, detalló.
Asimismo, insistió en que “no es algo que esté ocurriendo ajeno a nosotros. Somos parte de un ciclo natural que estamos modificando desde adentro y esas modificaciones terminarán repercutiendo nuestra vida cotidiana”.
De hecho, recientemente un informe del IPCC se centró en los impactos sociales del cambio climático, una de las aristas que se ha trabajado poco. El documento reveló que, como consecuencia de este proceso, se incrementarían una serie de problemas ya presentes en la sociedad, como la pobreza, las enfermedades, las migraciones y la conflictividad territorial ante la escasez.
Se trata de cifras que proyectan graves estragos, lo que requiere que los gobiernos se comprometan a cumplir los acuerdos de reducción de emisiones adquiridos en instancias internacionales.