Las metas y objetivos principales de la Agenda Energética son reducir los costos marginales de electricidad en el Sistema Interconectado Central, reducir los precios de las licitaciones de suministro eléctrico y desarrollar una política energética a largo plazo.

La agenda se resume en siete ejes: Un nuevo rol del Estado, a través de medidas como la capitalización de ENAP; reducción de precios, mayor competencia, eficiencia y diversificación del mercado, relevando el uso de Gas Licuado Nacional; y desarrollar recursos energéticos propios, a través del despliegue, por ejemplo, de proyectos hidroeléctricos “con criterios de sustentabilidad”, y Energías Renovables No Convencionales.

Además, mejorar la conectividad, por ejemplo entre los Sistemas Interconectados Central y del Norte Grande (SIC y SING); el impulso de políticas de eficiencia y gestión de consumo; impulsar la inversión energética; y finalmente considerar la participación de comunidades e implementar una agenda de ordenamiento territorial para el desarrollo de proyectos generadores.

Sobre esta materia, y considerando la falta de competencia y alto nivel de judicialización que han acusado las empresas eléctricas y generadoras, el ministro Máximo Pacheco destacó los beneficios que esta agenda trae para las comunidades.

“Por eso ustedes van a ver en la Agenda que existe el concepto de la asociatividad, Chile para desarrollar sus proyectos de energía necesita asociarse con las comunidades, hay un trabajo que se está haciendo por la Comisión de Descentralización y Regionalización, y en conjunto con el trabajo de esa comisión y el liderazgo del ministerio del Interior. Nosotros vamos a proponer mecanismos que les permitan a las comunidades percibir claramente los beneficios que tienen estos proyectos para ellas”, indicó.

Bernardo Matte, de Colbún aseguró que en el sector es necesario aumentar la competencia e integrar nuevos actores ante la alta necesidad de inversión.

Mientras, Rodrigo Castillo, de la Asociación Gremial de Empresas Eléctricas, quien valoró el proyecto presentado por el Ejecutivo aseguró que esto servirá para enfrentar las carencias que Chile tiene en la materia.

“Lo que no hicimos en el pasado va a tener consecuencias en el presente y en el futuro de corto plazo. Vamos a tener que aprender a administrar las carencias que nos provocamos como sociedad en el pasado. Sin embargo, sí creo que todas las medidas que se están planteando por una parte van a permitir acotar el efecto de corto plazo, para que este efecto no sea mayor que el que hoy estamos observando y al mismo tiempo hacerse cargo de una disminución franca en el costo de la energía para el mediano y largo plazo”, señaló.

Por otra parte, Patricio Rodrigo, del Consejo de Defensa de la Patagonia valoró la agenda de ordenamiento territorial, como el instrumento adecuado para conciliar los intereses económicos y sociales.

Mientras, a primera vista, y sin conocer todos los detalles de la agenda, Flavia Liberona, directora de la Fundación Terram, manifestó las primeras dudas ante la agenda.

“No estamos innovando en término del diseño del sistema, sí se están incorporando renovables, pero siempre en un sistema a través del Interconectado Central y del Interconectado Norte Grande. No hay un sistema nuevo de generación y distribución, la Agenda al parecer aborda solamente temas eléctricos, no temas de energía en general, por lo tanto, se está quedando fuera lo que es transporte, y me parece que hay que tener mucho cuidado y mirar muy en detalle cómo viene el trabajo con las comunidades y con los potencialmente afectados por proyectos de generación eléctrica”, aseveró.

La Presidenta Michelle Bachelet por su parte dijo que se está sincerando la situación actual: un desarrollo en el sector menor a lo requerido; deudas en ERNCs y en fuentes limpias y el trabajo con las comunidades.