La resistencia de la Iglesia Católica a terminar con el celibato

La iglesia Católica, recientemente remecida por escándalos de abuso sexual y pedofilia, recibe ahora la petición de más de 20 mujeres enamoradas de sacerdotes, quienes solicitan al Papa Francisco terminar con la imposición del celibato sacerdotal.

La iglesia Católica, recientemente remecida por escándalos de abuso sexual y pedofilia, recibe ahora la petición de más de 20 mujeres enamoradas de sacerdotes, quienes solicitan al Papa Francisco terminar con la imposición del celibato sacerdotal.

Esta práctica se instala a  partir del siglo III, en el Concilio de Elvira, que tuvo entre sus temas de debate alejar a los cristianos del paganismo y guiar a la Iglesia por el camino de la santidad, volcándose a un modelo cenobita,  con sacerdotes alejados de la vida para estar en soledad y oración permanente, y por añadidura, del contacto sexual con otras personas.

El Concilio de Trento de 1545, crea  los seminarios y además impone el celibato obligatorio a los sacerdotes. Sin embargo a lo largo de la historia, han salido al paso voces discrepantes, incluyendo al mismo Papa Juan XXIII quien planteó que para algunos sacerdotes “el celibato es un verdadero martirio”, agregando que le parecía escuchar “una especie de quejido pidiendo que la Iglesia los libere de este peso”.

El académico de la Universidad Católica Silva Henríquez,  Jaime Galgani, experto en temas de la Iglesia Católica, aclara que si bien es una discusión presente en el seno de la institución, ve difícil modificar esta realidad, por la resistencia al cambio que persiste al interior del Vaticano.

“No hay una contradicción vital entre el ejercicio del ministerio sacerdotal y la vida conyugal y eso lo prueba la experiencia de la misma iglesia que durante muchos siglos vivió esa situación y como lo viven también otras iglesias cercanas, que mantienen todavía o que siempre han mantenido sin romper la tradición del sacerdocio de hombres casados, como la iglesia ortodoxa por ejemplo. Pienso que gestos como éstos de todos modos mueven un poco la institución eclesiástica, están en su pleno derecho de realizarse y pueden tener alguna significación”, precisa Jaime Galgani.

Para Verónica Díaz, directora de Católicas por el Derecho a Decidir, la práctica del celibato es antinatural, obligando a muchos sacerdotes a vivir este amor de pareja, en la clandestinidad.

Verónica Díaz pone el acento en otra arista del debate en torno a las motivaciones que podría tener el Vaticano para oponerse a terminar con el celibato y que podrían ir en la dirección de que el fin de esta práctica, podría diseminar el patrimonio de la iglesia católica en herencias familiares.

Desde la Conferencia Episcopal, su vocero, Jaime Coiro explica que cualquier reforma sobre esta materia debe provenir desde el Vaticano, por la estructura vertical que mantiene la Iglesia Católica, aclarando que el celibato “no es un dogma”, es una tradición.

“En varias instancias oficiales de obispos se ha empezado a conversar el tema, probablemente no con la suficiente apertura que podría dialogarse en los próximos sínodos o encuentros de obispos, pero no es una materia sobre la cual tenga la iglesia una puerta completamente cerrada. Ahora la inmensa mayoría de los sacerdotes vive su celibato conforme a lo que pide el Evangelio, es decir es un celibato por el Reino de Dios”, informa Jaime Coiro.

La inhabilitación afectiva y sexual de la vida de los sacerdotes se ha justificado apelando a la espiritualidad, sin embargo, de acuerdo a los expertos, es bastante difícil de comprender, sobre todo considerando que teológicamente no hay nada que diga que el seguimiento de Cristo obliga al celibato sacerdotal, por el contrario, una vida en familia, podría favorecer una mirada desde la propia experiencia.





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