Fue el año 2004 cuando la Cineteca de la Universidad de Chile -que acababa de reabrirse-, decidió hacer una campaña para encontrar 21 películas perdidas del cine nacional.
En aquella lista se encontraba la cinta Eloy, del director Humberto Ríos, que se suponía desaparecida luego de un incendio en los Laboratorios Alex de Buenos Aire en 1969.
Sólo dos semanas después del anuncio, el actor Mario Lorca envió al Instituto de la Comunicación e Imagen de nuestra casa de estudios una copia en DVD de la cinta grabada desde la televisión argentina. Ahí comenzó la búsqueda del original.
“Cuando supimos que estaba cruzando la cordillera fuimos tras ella y la encontramos en la casa de su director”, cuenta Eduardo Bravo, encargado del Centro de Documentación de la Universidad de Talca, que por esos días se unió al trabajo que realizaba la Cineteca de la U. de Chile.
Fue así, como hace unas semanas la campaña dio frutos y los dos gestores, más el coordinador de la Cineteca de la U. de Talca Marco Díaz, se reunieron en el hogar del director del filme en la capital trasandina para firmar el acuerdo de restauración y digitalización de la única copia existente, sentencia Luis Horta, responsable de la institución fílmica de la Casa de Bello.
“Al rastrear encontramos lo que debe ser la única copia que existe en formato fotoquímico de 16mm. de la película, y lo que vamos a hacer es una restauración del material y, posteriormente, una digitalización en formato 2k para próximas proyecciones en alta definición. Además de una remasterización del sonido y corrección de imagen”, dice.
Historia
Estrenada en 1968, esta producción argentino- chilena es parte del reconocido Nuevo Cine Nacional que realizó Aldo Francia, Miguel Littin y Raúl Ruiz, afirma Bravo.
“Eloy es un aporte porque, de alguna manera, representa el fin de un Chile colonial que se transforma en un Chile moderno con estos bandoleros que asolaban los campos. Además, la película está basada en una historia real de un bandido que es acribillado por la policía en los cerros de Chena y las escenas son en el Cajón del Maipo y en ciudades del Valle central, es decir son registros que a partir de la cinta pueden ser conocidos por las nuevas generaciones”, asegura.
La cinta es una adaptación de uno de los personajes más reconocidos de la novela de Carlos Droguett: “El bandido justiciero del pueblo”, por lo mismo Horta sentencia que se encontró el eslabón perdido del nuevo cine chileno.
“Es una película hecha por un cineasta argentino en nuestro país y eso habla que no hay películas por países, sino un sentimiento colectivo y continental de desarrollar un nuevo tipo de cine más popular y cercano a la audiencia”, explica el cineasta de la Universidad de Chile. Y agrega que la cinta “también es muy crítica con el objetivo de proponer nuevas lecturas sobre realidades que no cabían en el fin hegemónico de los años 50 y 60 en el continente”.
La bada sonora de Eloy fue compuesta por el músico chileno Ángel Parra, material que también será restaurado como parte del proyecto que espera ser financiado por los fondos concursables del Consejo Nacional de la Cultura
Esta “repatriación” del negativo fílmico “permitirá su difusión luego de cuatro décadas de olvido”, finaliza Eduardo Bravo.