Irán desarrolló un gran juego, entregando una puesta en escena que complicó a Argentina, acorralándola, demostrando confianza y poniendo en apuros en varias ocasiones a la saga albiceleste, terminando el primer tiempo con el marcador en cero.
Ante la efectividad de Irán, el técnico argentino cambió a sus dos delanteros Sergio Agüero y Gonzalo Higuaín por Ezequie Lavezzi y Rodrigo Palacio, en los minutos finales. El partido fue de idas y vueltas intensas, con la oportunidad de gol más clara para Irán.
El arquero argentino, Sergio Romero se transformó en el hombre clave de Argentina defendiendo el arco y sacando dos goles, siendo uno de los jugadores del encuentro.
En el estadio Mineirao de Belo Horizonte, Messi vuelve a ser el salvador, reafirmando otro episodio más de la “messidependencia” del equipo argentino en este mundial de futbol 2014.
En tanto, en las gradas se podía observar a Diego Armando Maradona, uno de los mejores deportistas del futbol, que llegó acompañado de su hija, sufriendo al ver a su equipo complicado ante un seguro equipo asiático.